Luis G. Hiraldo./ La familia de Como Cabras Crew aumenta y no se nos ocurre mejor manera de ver crecer a nuestros pequeños que rodeados de actividades y naturaleza. Tomando las precauciones oportunas y con el equipo adecuado, podemos realizar entretenidas excursiones como la que os proponemos para pasar un gran día rodeados de familia y amigos.
La iniciativa de esta actividad corrió a cargo de la asociación Al-marya, formada por vecinos de María de Huerva, que por suerte nos invitaron a formar parte de su grupo para pasar un entretenido domingo de otoño, conocernos y compartir sus ganas de disfrutar del entorno oscense.
Nuestro encuentro tuvo lugar a tempranas horas en la localidad de Bolea, allí habían organizado una visita guiada a la Colegiata; un magnífico edificio del s. XVI y uno de los principales atractivos culturales de la comarca de la Sotonera. Al finalizar nuestra visita y una vez realizada las presentaciones oportunas, pusimos rumbo al punto de partida de nuestra ruta.
El día había amanecido con muy buena temperatura y un buen número de escaladores preparaban sus equipos para vérselas con las rocas. Mientras, con nuestro amplio grupo comenzábamos nuestra andada de 5,5 kilómetros; un camino circular que desde su comienzo (un cartel situado al lado de la oficina de turismo) está muy bien señalizado.
Aunque el recorrido se puede realizar en ambos sentidos nosotros lo hicimos de este a oeste. Primero ascendimos algunas calles del pueblo para acceder a la GR-1, por la que recorrimos algo menos de un kilómetro. Una vez abandonado este tramo y rodeados por los mallos más occidentales, nos encontramos el sendero señalizado por marcas azules y con un notable desnivel positivo.
Continuando hacia el oeste nos dirigimos a la parte trasera del conocido como MalloColorao, allí unos cuantos curiosos nos desplazamos cuidadosamente por una estrecha repisa para contemplar un impresionante panorámica del lugar. En este lugar tuvimos especial cuidado de que los más pequeños no abandonaran la senda ya que resultaba una zona poco segura para ellos.
Después nuestros pasos nos llevaron hasta la zona conocida como Campo Roseta; tocaba reponer fuerzas, sacar bocadillos y pegar un trago a la bota de vino. Mientras, los pequeños excursionistas disfrutaban trepando por tentadoras rocas y el resto del grupo iba subiendo por turnos por un camino que ascendía levemente hacia la izquierda y que nos conduciría al Mirador de Espinable, que tiene por cierto las mejores vistas del recorrido sin ninguna duda.
Siguiendo la senda comenzamos a descender entre la vegetación y aunque el tramo que nos aguardaba parecía más relajado no había que confiarse, ya que el desnivel negativo sumado a las piedras sueltas podían causarnos algún tropiezo si no éramos precavidos. Pero caminando tranquilamente es una parte del camino que se disfruta embelesados por la imponente cercanía de los mallosFire y Pisón.
Y siguiendo las marcas amarillas que, como en todo el trayecto, nos habían indicado tan claramente la ruta, llegamos a los pies del mallo Pisón y de nuevo a la localidad de Riglos.
Ha sido nuestra primera salida con los amigos de Al-maryay esperamos que no haya sido la última, y desde el equipo de Zaragoza buenas Noticias y Como Cabras Crew les mandamos un fuerte abrazo a todos; a seguir sumando kilómetros y… ¡hacer el cabra!