Yolanda Cambra./ Motivar a alguien no es sólo decirle que puede lograr algo, es hacer un análisis de sus debilidades y fortalezas, detectar sus amenazas y oportunidades, que valore todas las opciones posibles y animarle a que lo consiga, siendo realista con sus probabilidades de éxito. Al menos, así lo hacemos los coaches.
La gente de la calle, tiene una curiosa forma de motivar a los demás. Montones de mujeres que están a dieta me cuentan cómo sus parejas les machacan con comentarios del tipo “Pero ¿tú no estabas a dieta?”, “Esto no deberías comerlo” o “A ver cuando empiezas en el gimnasio”. Cuando ellas les piden que se abstengan de este tipo de comentarios, ellos se sienten incomprendidos “Yo sólo trataba de motivarte” argumentan. Pues mirad, dejadlo, que ya nos motivamos solas.
Ayer conseguí correr por primera vez 5 kilómetros en la cinta del gimnasio. Me costó horrores y elevé mi frecuencia cardíaca en 25 pulsaciones por encima de la máxima habitual, pero fue un reto que me marqué y lo logré. Hoy había previsto salir a correr por asfalto por la mañana, iba a ser mi primera vez y me han avisado que es mucho más duro que correr en cinta, sobre todo porque la cinta ejerce tracción y también amortigua bastante el impacto. He comentado a unas amigas que me encantaría alcanzar los 5 kilómetros en asfalto, pero que no creía que fuese capaz hoy.
Una de mis amigas me ha dicho “Estás preparada de sobras” y he tratado de explicarle la hiper exigencia que conllevan frases como esa. Yo sé que lo ha dicho con la mejor intención del mundo, pero esa afirmación lleva dos mensajes implícitos. El primero es que estás preparada para lograrlo, por lo tanto, si no lo consigues supondrá un fracaso. El segundo, si lo logras no supone tanto mérito; al fin y al cabo, vas preparada.
Le he puesto el ejemplo de mi amigo Javi, que nos comunicó hace un par de años que iba a preparar unas oposiciones. Javi es un hombre muy perseverante y disciplinado, así que todos le dijimos que estábamos seguro de que las iba a aprobar. Un día me dijo que le estábamos causando una presión agobiante con esos comentarios porque sentía que, si no aprobaba, iba a defraudar a mucha gente. Y lo cierto es que no aprobó el examen en la primera convocatoria.
Me he sentido igual alguna vez que he estado haciendo dieta e iba informando de mis avances. Cuando decía cual era mi objetivo en cuanto a peso, surgía la respuesta “Tú seguro que lo consigues. Bajarás hasta ese peso y más” Yo tenía la percepción de que afirmaciones como esa restaban todo el mérito a mi esfuerzo y hacían que mi trabajo por bajar de peso pareciese fácil e insignificante, mientras que yo lo vivía como algo realmente costoso.
También en aquella temporada de exceso de trabajo y problemas, en que me sentía completamente desbordada, agotada física y emocionalmente, había gente que me decía “Tú puedes con eso y con más”. Jamás dudé de que su intención fuese la mejor y sé que pretendían ayudarme, pero lo cierto es que yo sentía una falta de empatía que aún me angustiaba más. Me sentía al límite de mi resistencia y ellas me decían, no sólo que podía soportar eso, sino que debía soportar más aún.
¿Qué le hace creer a la gente que hay que poder siempre con todo?
¿Por qué se nos niega el derecho a rendirnos?
¿Quién dice que siempre hay que ir a por más?
A las situaciones anteriores, se les podría haber dado respuestas empáticas y motivadoras como las siguientes, donde se refuerza reconociendo el mérito de lo que ya se ha conseguido y no se pone listón alto sobre lo que supuestamente se debe conseguir:
“Cariño, estás comiendo mucho mejor, cuando incorpores ejercicio vas a ganar en salud”
“Yolanda, no importa lo que aguantes en asfalto. Será tu primera vez. Sal y disfruta cada zancada”
“Javi, eres metódico y disciplinado, es muy probable que logres una buena calificación, ojalá alcance la nota de corte”
“Será estupendo si consigues bajar hasta ese peso. Fíjate en todo lo que ya llevas conseguido”
“Nadie mejor que tú puede saber si puedes aguantar más tiempo en estas condiciones. Quizá deberías valorar tomarte un descanso antes de que se resienta tu salud”
Yolanda Cambra
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