Redacción./ La medicina regenerativa es el futuro, y los investigadores lo saben. Desde que en la década de los ochenta el Dr. Martin Evans descubriese que existía un tipo de células capaz de dar lugar a cualquier célula de nuestro cuerpo no han cesado los intentos de estudiar su origen y sus posibles aplicaciones.
Las células madre están llamadas a ser las protagonistas de las principales investigaciones de los próximos años, tras un repunte de popularidad y más de tres décadas de estudios improductivos.
Su descubrimiento no estuvo acompañado de la acogida que se esperaba, pues también generaron una fuerte controversia. Evans, por su parte, consiguió aislar por primera vez células madre embrionarias de ratones, mientras que años después, serían James Thomson y John Gearhart los que lo conseguirían a partir de embriones humanos.
En 2006, Shinya Yamanaka descubrió un mecanismo por el cual las células adultas podían volver a su estadio inicial de células madre, por lo que fueron llamadas células iPS.
Un trabajo de la Universidad Tsinghua (China) y la Universidad Drexel (Estados Unidos) dio la voz de alarma al conseguir emplear la impresión 3D para fabricar “bloques” de células madre embrionarias viables, que mantenían la capacidad de autorrenovación y de dar lugar a cualquier tipo de célula durante una semana.
Tras superar este desafío, los investigadores se han propuesto otro reto: crear “ladrillos” de células de diferentes tipos, lo que podría dar lugar a la generación de “micro-órganos” sin apenas salir del laboratorio.