Redacción./ El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, acompañado de la concejala de Medio Ambiente, Teresa Artigas, y de los responsables técnicos municipales, ha visitado esta mañana las instalaciones de la Planta Potabilizadora de Casablanca, que acaba de cumplir 50 años suministrando, de manera ininterrumpida, agua de boca de calidad a los hogares zaragozanos.
El pasado 15 de noviembre se cumplió el 50 aniversario de la puesta en marcha de la primera fase de la Planta Potabilizadora de Casablanca. Ello supuso un hito muy importante en la historia del uso del agua en nuestra ciudad, ya que la instalación ha permitido que nuestra ciudad contase, a partir de ese momento y de manera continuada, con agua de una calidad garantizada. Este hito solo resulta comparable con el que se produjo hace más de cien años (en 1912), cuando se inició el abastecimiento domiciliario de agua mediante una red moderna, lo que permitió empezar a disponer de suministro de agua en cada vivienda de la ciudad, evitando a la ciudadanía (especialmente a las mujeres de la época) el esfuerzo de tener que acudir a la fuente pública mas cercana.
Con anterioridad a esta instalación se habían producido diversos intentos para tratar el agua del canal Imperial eliminado el barro que contenía, pero los esfuerzos no habían obtenido el éxito esperado, bien porque la técnica empleada no resultaba adecuada a la calidad de las aguas del Canal, o porque la estimación de la evolución de los caudales demandados no se ajustaba a la realidad.
Hay que tener en cuenta que, a lo largo de los años 60 del pasado siglo, se produjo un incremento muy notable del consumo de agua de la ciudad, debido, por un lado del aumento de su población, y por otro al incremento del consumo de agua por habitante, consecuencia directa de la mejora del nivel de vida que tuvo lugar en esos años. En apenas dos décadas, la población de Zaragoza se incrementó en 175.000 habitantes.
De Clarificadora a Potabilizadora
En sus primeros años de funcionamiento, esta instalación era conocida con el nombre de Estación Clarificadora, ya que su función esencial era la de extraer la materia en suspensión que contenía el agua, el famoso barro del Canal Imperial que anteriormente se eliminaba en cada domicilio con engorrosos filtros de cerámica, dejándola clara y transparente.
El concepto de potabilización del agua es más moderno, y se refiere a la extracción del agua no solo de las sustancias visibles a simple vista, sino también de una variada gama de productos cuya presencia, incluso en cantidades minúsculas, puede suponer una afección negativa para la salud de las personas que la consumen de manera continuada. En la normativa actualmente vigente, para garantizar la condición de potable del agua, se controla el contenido de un total de 53 sustancias, y en buena parte de ellas la cantidad admisible se expresa en microgramos por litro de agua (un microgramo es la millonésima parte de un gramo).
La calidad del agua, garantizada
A lo largo de estos cincuenta años muchas cosas han cambiado en esta instalación (reactivos utilizados, material filtrante, sistemas de control, equipos mecánicos, etc.) pero, a pesar de ello los procesos básicos que la integran siguen funcionando con una configuración similar a la original, lo que dice mucho del acierto con que fueron elegidos.
Buena parte del éxito de que 50 años después esta planta mantenga su vigencia reside en el equipo humano, formado íntegramente por empleados municipales, que con su esfuerzo diario han logrado su adecuado funcionamiento y su evolución para hacer frente a las nuevas exigencias que se han ido produciendo en este campo.