Redacción./ El Centro de Arte y Naturaleza-Fundación Beulas, de Huesca (CDAN), ha inaugurado la exposición ‘Taxonomías. El objeto encontrado’, del artista oscense Vicente García.
La muestra, que cuenta con la colaboración de Enate y Alosa -empresa del Grupo Ado-Avanza-, permanecerá en la Sala 1 del centro hasta el próximo 13 de marzo de 2016. Además, para este acto se ha contado con el estreno del cortometraje rodado en el taller del artista: ‘Colectar, Conectar, Convertir, Conversar’, de David Asensio Lafuente.
El proyecto expositivo que se presenta es para su autor “uno de los mayores desafíos en su recorrido artístico”. Supone un enorme esfuerzo de medios, investigación y dedicación. Implica directamente y da protagonismo en su desarrollo a varios sectores sociales, culturales, profesionales y educativos con los que el autor tiene estrechos vínculos previos. Por su trascendencia se plantea como una clara referencia de cambio y evolución en el antes y el después de la carrera artística de Vicente García.
El artista oscense concibe esta muestra como una instalación, que consigue la creación de una atmósfera en la que el visitante acaba integrándose. Los soportes y maneras de presentar las piezas evocan el particular mundo del artista en el que el contenedor compite con el contenido. La acumulación y clasificación de objetos son los pasos necesarios para la creación de sus obras en las que el objeto encontrado es transformado en arte.
TAXONOMÍAS, El Objeto Encontrado
La exposición “Taxonomías”, del artista Vicente García, es un trabajo sobre el Objeto Encontrado. Su idea original es exhibir los objetos con la disciplina y maneras de un museo de Historia Natural, siendo esta forma de presentar los elementos su único vínculo con el mundo orgánico. La inmensa mayoría de las piezas, que han sido recogidas a lo largo de la vida del artista en su día a día y en sus viajes, son de factura artificial, piezas de arqueología industrial, elementos urbanos, manufacturados, mecánicos… Los objetos se presentan asignando un orden metódico distinto para cada serie.
Todo la sala principal del museo se convierte en un espacio saturado de estanterías, vitrinas, expositores y armarios que, plagados de cajas y cajitas, tubos de ensayo, botes de cristal, o diminutas peanas, contienen tanto los objetos encontrados en bruto, como las obras artísticas elaboradas a partir de estos hallazgos.
Al entrar en el museo el visitante se encuentra el taller del artista transportado a la sala. Las estanterías antiguas van de suelo a techo, sin dejar un centímetro libre. Atiborradas por una total saturación de objetos encontrados (acumulados aquí, sin orden ni concierto) muestran el aluvión del que se nutre el autor. A continuación, varias salas presentan más de 10.000 objetos ya ordenados y clasificados, meditadamente expuestos. Allí se pueden encontrar desde latas de toda índole, a columnas de moldes de zapatos de madera, pasando por antiguas bolsas de cartero de cuero, botellas de medicinas improbables, o tipos de imprenta prescritos. Los criterios de ordenación varían: por materiales, por usos, por procedencia, por tamaños, por forma, por destino…
