Redacción./ Este grupo escultórico esta compuesto de dos piezas independientes y separadas de grandes dimensiones, cada una con su propio pedestal de hormigón blanco, que representan dos «baturricos» ataviados con el traje típico aragonés.
Por un lado una baturra plantada con los brazos en jarra y en actitud firme y segura, cubierta por un mantón y sin duda cantando, y por otro un baturro, con su cachirulo anudado a la cabeza, bailando ante ella mientras toca las castañuelas que porta en las manos.
Las dos piezas se disponen con con ángulo de 90º entre sí, con el fin de que los espectadores puedan contemplar siempre una de las dos figuras, independientemente de la calle desde la que se acerquen a la glorieta. Ambas piezas, sin contar el pedestal, poseen una altura de en torno a 6 metros y pesan unos 3.600 kg. Están realizadas con chapas soldadas de acero corten oxidado de 2 milímetros de espesor cubierto por tres capas de barniz especial protector frente a los efectos degradantes de la humedad y los rayos ultravioletas.
Las dos piezas que componen el grupo escultórico presentan un cierto aspecto naif al estar concebidas como una esencialización planista de la figura humana, que prácticamente queda reducida a su silueta general simplificada, sin apenas volumen. La escultura del baturro, que se dispone bailando, posee un movimiento bastante logrado al apoyarse únicamente en su pierna derecha y presentar la izquierda levantada y cruzada sobre ésta. Por su parte, la escultura de la baturra resulta mucho más serena y hierática, quizá en demasía al resultar un tanto rígida, y está peor resuelta, tanto plástica como técnicamente.
El efecto general que produce este conjunto escultórico resulta bastante logrado por su acertada solución con las figuras giradas 90º entre sí, aunque éstas se disponen excesivamente separadas una de la otra, lo que resta unidad al grupo. En los rostros, el autor renuncia a buena parte de los rasgos faciales, que quedan reducidos a su perfil esencializado. Sorprende además el gran contraste existente en ambos casos entre algunas zonas dotadas de un cierto detallismo, como es el caso de los bordados del mantón de la baturra, y otras muy simplificadas, como los propios rostros.
Autor/es: LAÍNEZ HERNÁNDEZ, Óscar(Escultor)
Emplazamiento: Glorieta Oscar Lainez, en la intersección entre la avenida Ronda de Boltaña y la calle Luciano Gracia, frente a la entrada al barrio de Juslibol y junto al Campus Rio Ebro de la Universidad de Zaragoza
Periodo: [2001-] Siglo XXI
Materiales: Hormigón blanco con refuerzo interior (pedestales), chapa de acero corten oxidado de dos milímetros de espesor (las piezas como tal), tres capas de barniz protector contra la humedad y los rayos ultravioleta (recubrimiento).
Cronología: 2008(realización), 29 de diciembre de 2009(inauguración).
Promotor: Óscar Laínez Hernández (donación) y Ayuntamiento de Zaragoza (instalación).
Propietario: Ayuntamiento de Zaragoza
Autor de la Ficha: Javier MARTÍNEZ MOLINA
Bibliografía:
ANONIMO: «El barrio cuenta con una nueva escultura dedicada al folclore aragonés», en El Periódico de Aragón, (Zaragoza, 30-XII-2009), p. 17.·
ANONIMO: «Zaragoza tiene una nueva escultura: Los Baturricos», en Europa Press, (Zaragoza, 29-XII-2009), s. p. (edición digital).
LÓPEZ, Nuria, «El barrio del Actur inaugura la escultura Los Baturricos de Laínez», en ADN Zaragoza, (Zaragoza, 29-XII-2009), s. p. (edición digital).
UGARRIZA HERNÁNDEZ, María del Carmen: «Una pareja de baturricos saluda a los habitantes del distrito Actur-Rey Fernando», en Aragón Digital, (Zaragoza, 29-XII-2009), s. p. (edición digital).