Francisco Javier Aguirre ./ Ibsen es uno de los autores más representado en la actualidad. Su presencia con Hedda Gabler, en el Teatro Principal, lo demuestra. Durante el pasado fin de semana el Centro Dramático Nacional, con las compañías Mucha Calma y Noviembre han presentado esta obra protagonizada por Cayetana Guillén Cuervo y un elenco de actores de primera categoría: José Luis Alcobendas, Ernesto Arias, Jacobo Dicenta, Charo Amador y Verónika Moral, contando también con la participación musical en directo, al piano, de Jorge Bedoya.
Bajo la dirección de Eduardo Vasco, se desarrolló en un escenario distribuido en dos planos superpuestos el drama de una vida confusa, la de la protagonista, sometida a los vaivenes de su propia psicología y a los condicionamientos sociales a los que no acaba de someterse a pesar de su esfuerzo.
La versión respeta vestuario y ambientación de época, a pesar de lo cual la contemporaneidad del tema atrapa la atención del espectador. El grueso de la problemática expuesta sigue vigente en nuestra época, aunque el desenlace trágico impacta en unos momentos como los presentes, en los que la mayoría de las mujeres son capaces de superar la opresión del ambiente sin tener que recurrir al suicidio.
La interpretación resultó impecable, transmitiendo con acierto la frialdad íntima de la protagonista, sus problemas irresueltos y el ambiente ficticio de la masculinidad que la rodea hasta ahogarla. La tensión emocional entre dos mujeres jóvenes, amigas pero en el fondo rivales, fue uno de los planteamientos más certeros de la representación.
El desasosiego que se deriva de esta obra en el alma del espectador es también permanente. Merece una mención la música en directo, aunque no tenga el carácter de vínculo entre escenas, como ocurre en otros montajes contemporáneos.
Francisco Javier Aguirre