Redacción./ La Unidad de Emergencia Social (UES) de Cruz Roja en Zaragoza ha cumplido 10 años de atención a un colectivo en situación de extrema vulnerabilidad. En este periodo, 354 voluntarios han participado en este proyecto, junto a trabajadores sociales de la Institución, que han salido a la calle y han atendido a Personas sin Hogar.
Este año 2015 este servicio ha atendido a 800 personas distintas, de las cuales 300 están sin identificar por razones de privacidad y sentido de vergüenza, ha explicado Susana Royo, responsable del proyecto de UES.
Se ha presentado el contenido del III estudio realizado por Cruz Roja Zaragoza que revela que el perfil ha variado: las personas sin hogar cada vez son más jóvenes. Con respecto al anterior, realizado en el 2012, se aprecia un descenso en la media de edad de quienes pernoctan en parques y jardines, bajo puentes, chabolas o refugiados en cajeros de bancos o cajas.
Resalta el hecho de que cada vez sean más jóvenes, pero también que su estancia en la calle sea más prolongada en el tiempo y que las mujeres, que apenas aparecían en las estadísticas, mantengan su presencia con un 10%. Mientras que en 2012 la media de estancia era de 3 años, en 2014 ha pasado a 4 años y medio.
Para la mayoría de los ‘sin techo’ el motivo que les ha llevado a esa situación es insistentemente el mismo: la falta de trabajo y de cobertura social. Al menos, alrededor de un 70% de los afectados así lo declara.
La noche que se realizó el trabajo de campo, a finales de noviembre de 2014, salieron 384 voluntarios de Cruz Roja, de otras entidades sociales y ciudadanos que no pertenecen a ninguna organización, a hacer encuestas a este colectivo para conocer su evolución con respecto al estudio de 2012.
“Las circunstancias meteorológicas, de frío e intensa lluvia aquel día”, ha explicado el director de Intervención Social, Julián Martínez, “alteraron los habituales datos al apreciarse un notable descenso de las personas que a diario duermen a la intemperie, de hasta un 25%: se encontraron a 140 sin techo frente a los 186 del anterior recuento; sin embargo, si añadimos las cifras de quienes pernoctaron acogidos por la red de recursos de alojamientos para personas sin hogar, 347 personas, el total es muy similar al del año 2012 en el que casi quinientas personas se encontraban, de facto, sin un techo un jueves de invierno en nuestra ciudad”.
Al margen de esta coyuntura, el contenido de las respuestas al cuestionario, y su análisis sociológico, es muy significativo.
El drama del paro es, con diferencia, el motivo primero y principal del “sinhogarismo”. El 72% afirma que lleva años en esta situación y sobrevive a base de recoger chatarra y de pedir en la calle. La mayoría son hombres, el 63% extranjeros, pero cerca de un tercio son españoles; el 41% tiene entre 38 a 41 años, sin embargo, sorprende el aumento de la franja de edad de personas más jóvenes, en especial de 24 a 37 años, así como que el 21% cuente con estudios superiores.
En colaboración con Inclusión Aragón (antes FEAPS Aragón) se han analizado parámetros de discapacidad intelectual. Treinta y dos voluntarios de esta organización participaron en las encuestas de calle y localizaron a 19 personas que presentaban capacidades intelectuales limitadas.
Conocer las necesidades de este colectivo y proporcionar una mejor atención, es el objetivo de este estudio, a lo que añade Julián Martínez, que sirve para despertar conciencias, en especial, de Instituciones.
El Estudio de Personas sin Hogar se lleva a cabo cada dos años y el próximo año 2016 volverá a realizarse este trabajo de campo.