ZBN. / El nombre de ‘Alfajarín’ hace referencia a ‘pueblo de alfareros’. Aunque lo cierto es que no se han encontrado restos de los hornos alfareros musulmanes, lo cierto es que sí que se pudo extraer una gran colección cerámica característica de este lugar.
Incluida dentro de la Comarca de Zaragoza, la localidad de Alfajarín tiene actualmente una superficie de 137 kilómetros cuadrados y cuenta con más de 2.200 habitantes. Ubicado entre los famosos Montes Blancos, un singular paisaje que debe su nombre al alto nivel de yeso que contienen, el pueblo tuvo una importancia estratégica durante la Edad Media gracias a la situación de su castillo, desde el cual se podía vigilar la ciudad de Zaragoza de posibles ataques enemigos.
Historia. A pesar de que no se conoce a ciencia cierta quién fue el encargado de ordenar la construcción del pueblo de Alfajarín, lo que sí se tiene claro es que su origen está ligado a la cultura árabe. Aunque se han encontrado posteriormente restos romanos e íberos, el desarrollo de este pueblo tuvo lugar en la época en la que la Península era denominada como Al-Andalus, por aquél entonces controlada por la civilización musulmana.
La historia de esta localidad, situada a tan sólo 18 kilómetros de Zaragoza, ha estado siempre muy unida a la construcción de su principal patrimonio histórico: su castillo, hoy en ruinas, construido en el siglo XI.
Y es que en la Edad Media Alfajarín se constituyó como un lugar de referencia debido precisamente a su castillo, localizado estratégicamente a orillas del Ebro y no muy lejos de la capital, Zaragoza, lo cual permitía una constante vigilancia de la misma. De hecho, todo el núcleo urbano se construyó en las inmediaciones del Castillo de Alfajarín.
Pasaron los años y la reconquista de los cristianos provocó que los musulmanes dejaran Alfajarín hacia el año 1131, a partir del cual la localidad pasó por distintos propietarios dependiendo del Rey que gobernara en cada momento. No fue hasta la aprobación de Las Cortes de Cádiz cuando Alfajarín se convirtió en un pueblo independiente dentro de la jurisdicción de Zaragoza.
Patrimonio Histórico. Además del mencionado Castillo de Alfajarín, la localidad cuenta con distintas construcciones históricas que lo caracterizan. La Iglesia de San Miguel se caracteriza por ser construida en el siglo XII sobre una mezquita, tras la reconquista cristiana del lugar. Por otro lado, la ermita de la Vírgen de la Peña, hoy en día todavía en pie, es uno de los símbolos de la localidad.
Pero sin duda la imagen más característica del pueblo es ‘La Portaza del Alfajarín’, un arco construido en el siglo XIV, y que fue en su momento la entrada la localidad, amurallada y fortificada durante la Edad Media.
Fiestas Populares. En honor a la Vírgen que da nombre a su ermita y, por otro lado, en honor a su Iglesia, en Alfajarín se celebran dos festividades destacadas: las Fiestas de la Vírgen de la Peña, que tienen lugar entre final de agosto y principio de septiembre, y las fiestas en honor a San Miguel Arcángel, a final del mes de septiembre.
Siendo más duraderas e importantes la primera de estas festividades, en las fiestas de la Vírgen de la Peña se organizan multitud de actividades deportivas y lúdicas para que toda la familia celebre la semana grande de Alfajarín a su medida. Desde carreras, maratones o campenatos hasta eventos musicales, pasando por proyecciones, chocolatadas, charangas y bailes son algunos de los actos que protagonizan esta celebración.
Además, también es tradición que Alfajarín festeje San isidro Labrador (15 de mayo) y las Jornadas Medievales en el mes de junio, haciendo alusión a su época histórica más ilustre.
De esta forma, los zaragozanos no pueden dejar de conocer esta localidad zaragozana que tantas historias alberga entre las paredes de sus construcciones más emblemáticas. Entender la historia de la capital aragonesa pasa por comprender lo acontecido en Alfajarín a lo largo de los años, las décadas y los siglos. Desde el que un día fue un poblado árabe creado alrededor de un castillo que servía como fortificación y defensa de la capital hasta la localidad amable, desarrollada e independiente en la que se ha convertido en los últimos cien años, este lugar guarda innumerables reliquias históricas que definen lo que hoy en día se configura como el pueblo de Alfajarín.