
ZBN./ Desde el 7 de octubre y hasta el 10 de enero, por el palacio de Sástago han pasado un total de 19.411 personas, de las cuales 18.364 han recorrido la exposición por libre y el resto, mediante visitas guiadas para grupos y particulares. Para la diputada delegada de Cultura, Cristina Palacín, estas cifras son “muy satisfactorias” y confirman “la importancia y el atractivo” de la muestra.
‘Legado. De Saura a Ribera’ ha permitido disfrutar de 65 obras de la DPZ –sobre todo, pinturas y esculturas– que normalmente no permanecen expuestas al público y que abarcaban desde el Renacimiento hasta el arte contemporáneo.
Entre todas destacaban dos cuadros: el ‘San Jerónimo penitente’ del taller de Ribera y la ‘Gran crucifixión’ de Antonio Saura. La exposición también ha incluido piezas de Goya, de Pablo Gargallo y de otros artistas aragoneses tan notables como los contemporáneos José Manuel Broto, Víctor Mira o Fernando Sinaga.
Actualmente, la Diputación de Zaragoza posee una colección artística formada por más de 3.300 obras que se ha ido formando a lo largo de los casi dos siglos de vida de la institución a través de donaciones y compras y, sobre todo, asumiendo la propiedad de inmuebles a los que iba ligado un importante patrimonio: la Real Capilla de Santa Isabel, el hospital de Nuestra Señora de Gracia, el monasterio de Veruela, la Real Casa de Misericordia, el Hogar Doz de Tarazona.