Julia Molina.– El pánico que tus ojos reflejaban me puso el alma entera de punta. Me viste desde la lejanía y echaste a correr. ¿Como ibas a fiarte de mi? ¿Como ibas a acercarte? Yo soy hermana de los que te torturaron. De los que te apalearon y después te tiraron a la cuneta. Somos de la misma especie. ¿Como puedo hacerte entender que no soy como ellos? ¿Como hacerte entender que hay humanos buenos?
Es difícil que lo comprendas después de las marcas que llevas escritas en tu cuerpo por sus manos, después de tantos golpes y tantos gritos e insultos. Yo quiero ayudarte. Pero no entiendes mi idioma y te alejas de mí, de la que tristemente es tu única salida hacia la vida que te mereces. Como hacerte entender que tienes que venir conmigo, que sino vendrá otro humano al que le molestas y te envenenara o te disparara. No lo entiendes. Pero no pienso desistir. No parare hasta demostrarte que ya nadie te golpeara.
Me quedare ahí, quieta; te daré de comer, de beber, dejaré que me huelas, que te acerques y te fies de mí.
Y llegara un momento que por fin estarás lo bastante cerca para cogerte, y por suerte seré yo quien te de el último susto que te dará un humano. Lo siento pequeño, pero para salvarte tengo que cogerte. Tengo que conseguir engancharte y no soltarte. ¿Que pasara? Lo mas seguro es que me muerdas con toda tu fuerza, pero yo no te soltaré. Prometí darte la vida que te mereces y esto forma parte del trato. Aunque sangre o duela.
Yo no te voy a pegar por que me muerdas cuando te coja por que se que es un riesgo que debo correr. Pero no te voy a soltar por que por fin te tengo conmigo. Cuando pasan unos minutos y te tengo a mi lado en el coche de la salvación, noto como tu corazón se relaja… como tú entero te relajas e incluso te duermes… Y por fin, te puedo abrazar. Ahora sólo queda que el amor, de todos los que te vamos a rodear, cure las heridas que otros humanos hicieron en tu piel y en tu peludo corazón.
Hasta que tu familia, tus ángeles, lleguen como bajados del cielo y sustituyan una cuneta por una cama y el calor de un hogar, y ya nunca te falte de nada pequeño.
Serás feliz para siempre y de mi quizás te olvides.
Aunque para mi. Siempre serás un ángel. Mis ángeles. Por los que daría todo.
Julia Molina es la responsable de Rescates de Zarpa
El alma de Zarpa