ZBN./ Iñigo Arregi responde a ese modelo de artistas, muy habitual entre los grandes, que ha necesitado sumergirse en diversos campos expresivos hasta acabar encontrando un lenguaje propio, eficaz, personalísimo, que lo identifica.
Arregi se refiere a sí mismo como un compositor de formas, intuitivo y espontáneo, que construye sin ideas prefijadas: curvas y contra curvas, ángulos de variados grados, espacios ocupados o vacíos… hasta alcanzar ese complejo equilibrio entre sólido y liviano, entre lo estable y lo variable.
Los relieves y esculturas de este creador vasco construidos con acero corten, con madera o con cartones, nos ofrecen perspectivas muy variadas dependiendo de la posición desde la que las contemplemos; y es esa mirada libre, abierta y espontánea la que permite, siempre que se consiga efectuar esa transmutación de lo real y accesible a aquello que resulta inaccesible salvo a través de la emoción, que sean los espectadores quienes culminen la obra.
La culminación de este proceso nos aproximará a ese milagro del «espacio indecible» del que Le Corbusier nos alertaba.
Mª. Jesús Buil Salas
Directora de las Salas de Exposiciones UNED Calatayud
Inauguración: Lunes, 8 de febrero a las 19:30 h. Sala Jusepe Leonardo, UNED Calatayud
Horario general: Lunes a Jueves, de 17 a 20 h