ZBN./ La Agricultura como alegoría constituye una temática que se encuentra reproducida en el Arte desde la antigüedad clásica a través de la diosa Ceres o mediante atributos relacionados con esta profesión elemental, tales como arados, arbustos, frutos y flores.
Se halla vinculada simbólicamente con las fuerzas de regeneración de la naturaleza y la dinámica de las estaciones, por lo que constituye un tema predilecto para su ubicación en un jardín. En esta escultura la vemos materializada a través de una mujer de formas opulentas, que descansa en actitud relajada sobre unas gavillas de cereal.
Entre 1959 y 1965, Dolores Franco realizó, por encargo del Ayuntamiento de Zaragoza, una serie de obras para su colocación al aire libre, entre las que cabe distinguir las que dedica a fines ornamentales para los parques de la ciudad.
Éste es el caso de la escultura que nos ocupa, que formaba pareja con otra denominada "Alegoría de la ganadería", ubicada en la misma avenida del Parque. Piezas plenas de volumen y sensualidad, que se complementaban con unos jarrones ornamentales salpicados por los jardines, obra también de Dolores Franco.
Toda esta producción escultórica, que tiene un carácter hasta cierto punto disperso en el conjunto de su obra, le permitió en contrapartida la experimentación con diferentes materiales y hacer uso de sus profundos conocimientos y recursos del oficio de escultora.
Admiradora de José Clará, Victorio Macho y sobre todo de Pablo Gargallo, se aprecian en la producción escultórica de Dolores Franco una base clásica excelente, además de unos buenos conocimientos del oficio y una sólida formación técnica, que supo aplicar a los diversos géneros que trató a lo largo de su vida.
Características que podemos observar en esta interesante escultura dedicada a la Agricultura, que la artista materializa en una mujer mediterránea, de formas consistentes, que reposa sentada sobre unas gavillas, como si de un alto en el camino se tratara.
La composición resulta serena y relajada, de manera que la muchacha adopta una actitud pensativa, tanto por la posición de los brazos, como por la expresión del rostro, de facciones clásicas, sintéticas y de mirada perdida.
La escultura ofrece también un carácter novedoso al estar esculpida en granito artificial, lo cual demuestra que ningún material se ha resistido a su cincel, y que Dolores Franco ha dominado tanto los materiales tradicionales (madera, bronce, piedra, mármol) como otros más renovadores (piedra y granito artificial, cemento, latón), especialmente en los años sesenta y setenta.
Mª Isabel Sepúlveda Sauras
Autor/a: Franco Secorun, Dolores (Escultora)
Emplazamiento: Escultura destinada al aire libre, situada en el Parque Grande de Zaragoza (en el centro de una zona ajardinada de la Avenida de San Sebastián)
Periodo: [1937-1975] Periodo Franquista
Materiales: Granito artificial, pintado en blanco
Dimensiones: Altura 1,50 metros. Base de la escultura: 0,70 x 0,70 metros. Anchura máxima: 0,80 metros.
Cronología: 1962(fecha que la propia escultora le atribuye en su Discurso de Ingreso a la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, donde se la cita como «La Agricultura»)
Promotor: Ayuntamiento de Zaragoza
Bibliografía:
FRANCO SECORUN, D.: Evolución de la Escultura Española en el siglo XX, Discurso de ingreso en la Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, Zaragoza, 6 de junio de 1978.
SEPÚLVEDA SAURAS, M.I.: Tradición y modernidad: Arte en Zaragoza en la década de los años cincuenta, col. «Humanidades», n.º 52, Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2005, pp. 459-462.