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 Luces de París (Entre vacas y cuernos)

Fernando Gracia./    Es sabida la habilidad del cine francés para despachar películas pequeñas, tanto en presupuesto como en propósitos, generalmente resueltas con habilidad e interpretadas por actores competentes. Cine de consumo rápido, que no agrede las meninges ni genera grandes entusiasmos y  que suele partir de líneas argumentales sencillas, habitualmente extraídas de la vida cotidiana.

  “Luces de París”, título español para el original “La ritournelle”, algo así como “el estribillo”, está firmado por Marc Fitoussi, del que no se ha estrenado nada por estos lares. Cuenta en el reparto con la presencia de Isabelle Hupert, en un registro poco habitual en ella, tan acostumbrados que nos tiene a papeles dramáticos y con frecuencia torturados. Parece ser que director y estrella salieron muy satisfechos de su anterior colaboración, “Copacabana” y han decidido repetir.

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Luces de París (Entre vacas y cuernos).

Encarna a una mujer madura casada con un ganadero, a quien conoció estudiando peritaje agrícola, y con quien comparte la explotación de una granja en Normandía. Su vida es tranquila, más o menos feliz, sin problemas económicos, aunque algo lastrada por la monotonía. Se le plantea la posibilidad de viajar a París por un asunto médico y el viaje se convierte en una escapada en toda regla en la que coquetea con la infidelidad. Ya se sabe: el influjo de la “ciudad del amor” y todo eso…

La película, que transcurre en su primer tercio de forma lánguida –pastueña, podríamos decir, aprovechando que transcurre en el campo- va a más a medida que avanza y acaba por plantear unos temas eternos, bastante reconocibles por cierto, resueltos de forma inteligente, gracias a un hábil guion que extrae todo lo posible de una propuesta que tampoco parecía a priori augurar grandes cosas.

2853CB    Con muy leves toques de comedia y un aprovechamiento discreto de las posibilidades estéticas de la gran ciudad, el filme transcurre sin mayores problemas, se puede degustar suficientemente e incluso invitar a reflexionar a los que llevamos unos cuantos años más o menos felizmente atados al vínculo matrimonial.

Pero estamos en una comedia, la acción transcurre en Francia, la protagonista es muy, muy francesa, y la producción va dirigida a la amplia clase media… europea. Y no faltará quien diga que por esas tierras… “…ya se sabe”.

Acompaña a la Hupert un actor habitual en las películas de Robert Guediguian, Jean Pierre Darrousin, tan entonado como siempre y desde luego muy creíble. El sueco Michael Nyvquist, muy conocido por la serie Millenium, compone un atractivo maduro que hace perder algo el oremus a la protagonista.

Dentro de la atonía en cuanto a títulos realmente sobresalientes en cuanto a estrenos, puede ser este un título aceptable para parejas no muy jóvenes o señoras solas, que son las que más llenan las salas entre semana. Para el aficionado, lo mejor es poder disfrutar de lsabelle Hupert razonablemente atractiva y hasta sonriendo.

FERNANDO GRACIA

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