Francisco Javier Aguirre.- Tres parejas que acuden regularmente a la consulta de una psicóloga son reunidas por esta, en una noche de viernes, para que desarrollen su propia dinámica terapéutica. Las seis personas se encuentran presuntamente ‘bajo terapia’. Es el título de la obra.
Hay un juego, en cierto modo perverso, por parte de la psicóloga ausente para desenmascarar los problemas ocultos a los que ella no ha conseguido dar solución. El espectador asiste al enfrentamiento sucesivo de las parejas entre sí y entre sus miembros individuales, a partir de las propuestas que la profesional ha diseñado y ha dejado escritas en ocho misteriosos sobres. Las instrucciones que contienen deben ser leídas y ejecutadas por el conjunto de los pacientes.
Todo funciona a la perfección, porque van apareciendo diferentes situaciones y sucesos que aclaran la postura de los participantes sobre temas tan espinosos como la convivencia, la educación de los hijos, la fidelidad de la pareja, el trabajo de la mujer, el ejercicio sexual y otros asuntos de la cotidianidad familiar. La acción parece orientarse hacia un objetivo que únicamente una de las parejas desconoce, precisamente la que arrastra un problema profundo que los otros cuatro partícipes van a conseguir desenmascarar.
Ahí reside el eje de la comedia dramática. Desde el punto de vista teatral, es un desenlace inesperado, que juega con la sorpresa propia de cualquier pieza literaria breve. Quizá un tanto forzada esta conclusión si la juzgamos desde la óptica de la psicoterapia. En cualquier caso el desarrollo de la trama va de menos a más, con seis actores de un gran nivel, cada uno de los cuales encarna una postura bastante precisa ante la vida.
Carmen Ruiz, que representa a Marta, es quien muestra una mayor elasticidad en su interpretación, respondiendo con exactitud al problema que arrastra, junto con su marido Roberto, interpretado por Juan Carlos Vellido, quien será desenmascarado por el resto de los actores: Gorka Otxoa como Esteban, Manuela Velasco como Carla, Melani Olivares como Laura y Fele Martínez como Daniel. Teatro dentro del teatro.
Los espectadores pueden encontrar sobre el escenario situaciones frecuentes en el mundo de la pareja. Hay un mensaje derivado del conjunto de la obra que podría resumirse en la posibilidad de romper con el orden social y con los códigos que han funcionado hasta hoy en el mundo de la pareja, cuya eficacia se pone en duda cada vez con mayor insistencia.
Francisco Javier Aguirre