ZBN./ CORREOS ha emitido una tarjeta postal prepagada dedicada al icono zaragozano por excelencia: la basílica del Pilar. La instantánea recoge un atardecer despejado en el que la iluminación artística perfila la catedral basílica, acompañada por un sosegado río Ebro. A partir de este mes, esta tarjeta postal -que incluye el franqueo tarifa A, válido para cualquier punto de España-, está disponible en todas las oficinas postales de la capital.
El objetivo de esta edición limitada es aumentar la oferta de productos en las oficinas postales para facilitar la comunicación a particulares y empresas y, en esta ocasión, además para servir como vehículo de difusión y conocimiento de la capital aragonesa.
La catedral basílica de Nuestra Señora del El Pilar es un templo barroco que fue construido entre los años 1681 y 1765 sobre edificios religiosos más antiguos. Es uno de los centros de culto a la Virgen con más tradición de España.
Se trata de un edificio de grandes dimensiones con planta rectangular de salón con tres naves de igual altura y está pensada para ser iglesia de peregrinación y circular por ella sin molestar el culto. Cuenta con diferentes tipos de cubiertas que se alternan de forma dinámica sobre gruesos pilares de sección cuadrada, salvo los de la gran cúpula central que son poligonales. En su interior destaca la Santa Capilla, obra de Ventura Rodríguez, que alberga la imagen de la Virgen del Pilar, proclamada patrona de la Hispanidad.
La utilización de estas tarjetas postales por los visitantes y turistas que se acercan a la ciudad permitirá dar a conocer a Zaragoza a través de la red postal. Para cursar a destino esta imagen no hace falta más que escribir el destinatario y depositarla en cualquier oficina y/o buzón. Al incluir el franqueo, resultan muy cómodas para poder remitir sin necesidad de comprar sello.
Las tarjetas prepagadas son un producto de CORREOS en el que se puede incluir cualquier imagen o evento que se desee difundir. Su carácter de envío postal le permite tanto viajar a través del correo como ser un soporte de comunicación. Su carácter testimonial les convierte en objeto de colección y recopilatorio histórico. Además de a particulares, están destinados a instituciones y empresas que pueden elegir el motivo que desean dar a conocer y que se mantenga en el tiempo.