Francisco Javier Aguirre.- La comedia ‘Enfrentados’, original del norteamericano Bill Davis, en una adaptación un tanto premiosa, se ha ofrecido durante la semana pasada en el Teatro Principal. El nombre y la fama de su protagonista, Arturo Fernández, que comparte cartel con el joven David Boceta, ha permitido al público zaragozano, a lo largo de seis sesiones, recuperar en forma dramatizada las tensiones en que se debaten algunos sectores de la Iglesia Católica tratando de avanzar en varias de las cuestiones que tiene planteada la institución, como el sacerdocio de las mujeres, el matrimonio de los clérigos, la posible homosexualidad de algunos de sus ministros, etc.
Un párroco veterano, don José María, y un seminarista insumiso, Tomás, se enzarzarán en discusiones continuas sobre sus criterios respecto al papel de la Iglesia y su ejecutoria en los tiempos que corren. Con un tercer personaje, ausente del escenario, pero en permanente referencia de autoridad, el obispo Carandell, forman el trío ideológico sobre el que se sustenta la obra.
Hay algunos aportes de carácter emocional que esponjan la pesadez del diálogo y alivian algunos tópicos. La conclusión es previsible: el seminarista es rechazado por la jerarquía y el acomodado párroco inicia una nueva etapa de su vida, renunciando a la placidez de que ha disfrutado durante los últimos años.
El texto está sobrecargado. Hay excesivas reiteraciones, incluso en la expresión coloquial del protagonista, que repite innecesariamente muchas de sus frases. Salvado esto, su actuación es impecable, encarnando perfectamente a un viejo cura que se encuentra en el dilema de abrirse a las ideas progresistas del aspirante a diácono o agarrotarse en las estructuras inamovibles del pasado. También David Boceta acierta en líneas generales en su papel de joven idealista, impulsivo e iconoclasta, aunque su interpretación pudiera haber mejorado matizando algo más su personaje.
Una escenografía muy cuidada, decorativa al viejo estilo, con cambios de espacio en los sucesivos cuadros, completa un espectáculo que vuelve sobre un tema polémico, aunque siempre interesante.
Francisco Javier Aguirre