Redacción.- Pablo Muñoz, ha manifestado: “somos conscientes de la difícil situación del Club, provocada por un fracaso deportivo que ha puesto en peligro el proyecto y, por lo tanto, entendemos que ésa es la prioridad, reconfigurar el proyecto deportivo lo antes posible”.
Respecto al Estadio, “la remodelación del Estadio no es algo que pueda ayudar a corto plazo a la situación deportiva, al contrario, desvía la atención sobre las reestructuración deportiva del proyecto que se tiene que dar”. “El último proyecto redactado en ese emplazamiento costaba 70 millones de euros, y hoy la ciudad no los tiene y no es una prioridad: el Ayuntamiento tiene que volcar todo su esfuerzo en resolver la emergencia social y cubrir las necesidades básicas de las personas”.
En este sentido, el Consejero ha mostrado su predisposición al diálogo y a mantener los encuentros que sean necesarios para ayudar al Club, como, de hecho, a nivel técnico, se llevan meses produciendo, sobre la base de las siguientes premisas:
• La remodelación del Estadio no es una prioridad en la actual situación económica y política, por tanto el Ayuntamiento actuará, como propietario de un equipamiento municipal, en la conservación y mantenimiento del Estadio y en la garantía de un estado mínimo que permita su uso.
• Si se opta por una remodelación integral del Estadio, ésta debe ser sufragada por la Sociedad Anónima Deportiva, con la colaboración necesaria de la FEFP y la implicación de otras administraciones, como el Gobierno de Aragón.
• La solución debe ser a largo plazo para generar estabilidad y un solución definitiva para la Ciudad y para el Real Zaragoza. En cualquier caso, y compartiendo que el equipo es la máxima referencia del fútbol profesional de la ciudad, también es necesario dar cabida en La Romareda a otras realidades deportivas, sociales y culturales. Se propone un uso compartido, de manera que el Ayuntamiento pueda autorizar otros usos (a otras entidades, clubs de fútbol femenino, de otras categorías u otros eventos) que no afecten al uso principal, pidiéndole al Real Zaragoza un esfuerzo por habilitar un modelo que permita compartir el uso.
En relación a la propuesta inicial de otorgar una concesión administrativa a 75 años sin conocer quién afrontaba el importe de una costosa remodelación del campo, en mitad de un proceso concursal y, por tanto, con el riesgo de que la ciudad pierda el control del Estadio durante 75 años sin tener ninguna garantía, el Consejero ha zanjado la situación: “ese expediente está políticamente cerrado, si hay que buscar una nueva vía, en régimen concesional o con cualquier otra forma, pasará por aclarar previamente en qué debe consistir la remodelación, cuál es su coste, quién debe sufragarla, qué ingresos puede generar y quién debe recibir esos ingresos, además de, evidentemente, aclarar primero el proyecto deportivo y las necesidades deportivas a corto o medio plazo, para poder diseñar un estadio acorde a ellas”.
Finalmente, el Consejero ha emplazado a un diálogo sosegado con el Club, cuando se produzca una solicitud formal, dentro de unas semanas, cuando previamente se haya aclarado el proyecto deportivo.