Ángela Medrano./ Jacinto Rey es uno de esos autores que una se encuentra de vez en cuando para reconciliarse y reencontrarme con la literatura con mayúsculas, esa que solo se frecuenta cuando se acude a los clásicos, aquellos que tratan los temas universales e importantes sin complejos ni miedos y con una simplicidad hiriente para no desviar el foco del objetivo: hacer reflexionar sobre cuestiones tan obvias que a menudo se nos escapan.
– ¿Marie es un símbolo?
Sí, Marie es un símbolo. Decía Stalin que la muerte de una persona es una tragedia y la muerte de un millón de personas en una estadística…Marie es una niña «indefensa e insignificante» dentro de esa marea trágica de tantos millones de víctimas y representa a todos esos niños cuya inocencia se ve truncada y al mismo tiempo preserva su inocencia y se pasea por esa Europa en guerra sin dejarse contagiar el horror y el miedo que quizás otro podría sufrir. Encuentra aliados inesperados que viven en “letargo” y que ven en ella una forma de tomar partido.
Jacinto Rey (Vigo 1972) es economista y escritor. Estudió la carrera de Ciencias Económicas entre España e Inglaterra y ha trabajado durante los últimos años para diversas empresas multinacionales en Alemania y Suiza. Políglota y viajero impenitente, en la actualidad reside en Francia.
Su primera novela, El cirujano de las Indias, publicada en el año 2007, mostraba la cara y la cruz de la colonización española en América. En el año 2009 realiza su primera incursión en el género policíaco con El último cliente, que inaugura la serie dedicada a la inspectora holandesa Cristina Molen y cuya segunda entrega, El hombre de El Cairo, ve la luz en el año 2011.
– Jacinto, un economista metido a novelista o un novelista economista? cómo te ves? cómo te defines?
Bueno, las personas tenemos diferentes estratos…Somos como una montaña que se forma en diferentes etapas. Tener un pie en la realidad y otro en la ficción a mi personalmente me ayuda a equilibrar la ecuación…Como escritor el hecho de tener poco tiempo libre, tener que luchar contra esos molinos gigantes, estimula la creatividad y concentrarte…Trabajar bajo presión…resulta siempre estimulante…
Jacinto Rey nos presenta un novela histórica pero con unas connotaciones humanas y emocionales que según quien lo lee y en el momento que lo lee, lee algo más que datos históricos o una historia narrada en un momento histórico muy particular.
Una trama cuyo desarrollo recuerda a la estructura de una “colmena” dónde se cruzan las vidas de los diferentes personajes en el marco de un tiempo convulso de guerra, durante la Segunda Guerra Mundial…ahora también vivimos tiempos así, de diferente modo pero las tensiones y los problemas graves mundiales son el marco de nuestra existencia.
– ¿Qué mensaje quieres darnos a través de los personajes? ¿Son supervivientes, gente hiperadaptada a sus circunstancias? ¿Cuál es la «ventaja competitiva» de tu novela frente a otras que tocan y hablan de ese momento en Europa, un momento tan novelado y llevado al cine? En definitiva porqué debemos leer “Dile a Marie que la quiero”?
Sí, es la historia de una niña judía de cinco años que vive en la Francia ocupada y es perseguida por la Gestapo. Es una novela narrada en clave thriller, dinámica, capítulos cortos que incita a la lectura. Es una novela de personajes, de personajes a la búsqueda, viven tratando de sobrevivir, encontrar satisfacer sus necesidades básicas humanas y de que nadie descubra nada que los incrimine y así acabar en un Campo de Concentración. Viven en la desesperanza más absoluta y encuentran en la pequeña Marie una forma de salvarse así mismos. Encuentran un motivo, algo de esperanza en la desolación.
– ¿ Esa es una buena síntesis de tu novela, el fondo pero y las formas?
tu estilo…está libre de alharacas y aderezos. Un estilo limpio…Cómo defines tu estilo? Yo como lector cuando abro una novela me gusta que se concentre en la historia, en lo esencial…el efectismo se consigue con aquello que decía Leonardo Da Vinci “la simplicidad es la sofisticación suprema”. Lo difícil es hacer obras complejas de forma sencilla. Historias con aristas en las que la documentación es mero sustrato y que transcurren con agilidad, con personajes poliédricos…como actores secundarios que llenaban la pantalla con dos minutos de papel…Historias que te hacen olvidar que estás leyendo un libro y en las que al final tienes la grata sensación de que todo encaja..
María Dueñas escribe y habla en la tapa de este maravilloso libro “Una hermosa novela llena de amor y coraje en tiempos de odios y desolación”. Marie podría ser una niña de Siria, pero también es el símbolo de la esperanza. Una novela que a mi me parece una suerte de pedagogía histórica…
Según Rey “Se pueden extraer paralelismos, pero las novelas no pueden pretender dar lecciones de moral ni de ética. Si es cierto que a través de los personajes y sus circunstancias extremas, podemos hacernos preguntas, la literatura sirve también para ello. Cómo hubiésemos reaccionado nosotros sin una niña refugiada siria hubiera llamado a nuestras puertas y la hubiésemos confinado en un campo de refugiados…”
La historia es una forma de acceder al autoconocimiento pero…la historia nunca se repite y tiene muy diversas interpretaciones…
