ZBN./ La Diputación de Zaragoza ha lanzado el plan de ayudas para restaurar bienes municipales, que esta dotado con 1,4 millones de euros para este año y el que viene. Una vez concedidas, las subvenciones permitirán rehabilitar tanto edificios como bienes muebles que sean relevantes por su interés histórico o artístico. La institución provincial aportará el 70% del coste de cada actuación y los ayuntamientos beneficiarios, el resto.
La convocatoria ya se ha publicado en el Boletín Oficial de la Provincia de Zaragoza y ahora los consistorios tienen 30 días naturales para presentar sus solicitudes. El plan está abierto a todos los municipios zaragozanos menos la capital y cuenta con dos partidas diferencias: una de 1,2 millones de euros para los edificios y otra de 200.000 euros para los bienes muebles.
En el caso de los edificios, el importe mínimo de las ayudas será de 30.000 euros, salvo excepciones debidamente justificadas. A la hora de establecer la cuantía de la subvención, los técnicos del servicio de Restauración de la DPZ tendrán en cuenta criterios como que se trate de obras incluidas en las anteriores convocatorias de este mismo plan que aún no se hayan terminado; el riesgo de daños que corra el edificio tanto a nivel estructural como en alguno de sus elementos; el grado de interés histórico o artístico del inmueble; las actuaciones que necesite para suprimir humedades; el uso que se le vaya a dar al edificio tras su restauración.
En cuanto a los bienes muebles, las bases establecen que las subvenciones tendrán una cuantía mínima de 15.000 euros y que para fijar el importe concedido a cada municipio se valorarán criterios muy similares a los de los edificios: que se trate de inversiones para continuar o acabar actuaciones ya iniciadas en planes anteriores, la importancia y la calidad histórico-artística del bien, que haya riesgo de que el bien se pierda o se destruya, que una vez rehabilitado se le dé un fin de interés sociocultural…
Las solicitudes de ayudas que presenten los ayuntamientos deberán ir acompañadas de una memoria que contenga una breve valoración histórico-artística del bien que se pretende rehabilitar; una propuesta de restauración; una descripción detallada de los daños observadas y de la solución planteada; y una valoración estimativa del coste de la actuación.