ZBN./ La Diputación de Zaragoza ha reunido por primera vez toda la obra gráfica de Manuel Viola en una exposición que puede verse hasta 18 de octubre en la sala Ignacio Zuloaga de Fuendetodos.
La institución provincial y el consorcio cultural Goya-Fuendetodos continúan conmemorando los cien años del nacimiento de este gran pintor zaragozano con una muestra que incluye casi una treintena de obras, entre ellas varias inéditas.
El comisario de la exposición, Javier Lacruz, ha destacado que es “la primera vez” que una muestra recoge “toda la obra gráfica conocida” del que fuera uno de los artífices de la renovación de la pintura española de posguerra. “Viola es un monumento nacional aragonés y la exposición del palacio de Sástago ha permitido que su figura y su herencia hayan vuelto a emerger en Zaragoza –ha subrayado este coleccionista de arte–.
No se habían perdido, pero estaban ocultas y estoy seguro de que se seguirán recuperando con esta nueva retrospectiva en la sala Zuloaga de Fuendetodos”.
La exposición ‘Manuel Viola. Obra gráfica’ reúne creaciones de las distintas etapas del artista. Entre ellas destaca una carpeta de seis litografías originales de Canogar, Chirino, Millares, Rivera, Saura y el Viola editada en 1960 con motivo de la exposición de la galería L’Attico de Roma, la última del grupo El Paso.
La muestra también incluye otra de las grandes aportaciones del pintor zaragozano al campo de la obra gráfica:
La carpeta con diez litografías ‘Las casidas petrificadas. Homenaje a Federico García Lorca’, datadas en 1969 e inspiradas en el poemario ‘Diván del Tamarit’. Además, en la sala Ignacio Zuloaga pueden verse creaciones hasta ahora inéditas de la etapa surrealista de Viola en París.
El artista
José Viola Gamón, más conocido artísticamente como Manuel Viola, nació en Zaragoza el 18 de mayo de 1916 y falleció en San Lorenzo del Escorial (Madrid) el 8 de marzo de 1987 tras una azarosa y agitada vida nómada en la que, entre otras vicisitudes, sobrevivió a la Guerra Civil y a la Segunda Guerra Mundial. Junto al oscense Antonio Saura y el turolense Pablo Serrano, fue miembro del grupo El Paso, el colectivo plástico más importante de la segunda mitad del siglo XX.
Después de transitar por el surrealismo de la preguerra, conectó la gestualidad de la abstracción lírica francesa con la tradición de la pintura española –en la estela de El Greco y de Zurbarán, pero sobre todo de Goya– llegando a ser uno de los más destacados pintores del informalismo español.