Fernando Gracia./ Arropado por una buena campaña publicitaria llega a nuestras pantallas el último trabajo tras la cámara de la actriz Jodie Foster.
Siempre manifestó la ex niña prodigio cierta predilección por alternar su trabajo principal, el de la interpretación, con sus pinitos como directora. Recuérdese que con menos de 30 años filmó un interesante título, bastante alejado de su cine habitual, como fue “El pequeño Tate”.
Ahora firma lo que bien podría considerarse una superproducción, no solo por la abundancia de medios sino por la presencia de dos mega estrellas al frente del reparto, como son George Clooney y Julia Roberts, a la postre el mayor gancho de cara a la taquilla.
El asunto, ya lo conocen, a poco que estén atentos a los anuncios y a los trailers: un joven enfadado –por decirlo de forma suave- irrumpe en un programa de televisión para protestar por un batacazo bursátil que ha difuminado su inversión.
O sea, algo así como un justiciero contra la especulación, etc. etc. El programa televisivo es una especie de show alrededor del mundo de la bolsa, en el que el presentador, Clooney, hace el ganso en el más puro estilo de esa telebasura, de la que tanto sabemos. Por cierto, no descartaría que alguna de las cadenas que la practican en nuestro país hiciera algún día por estos lares algún programa similar, ya que cosas más raras estamos viendo.
Una vez planteado el asunto se trata de ver hasta dónde están dispuestos los guionistas a tensar la cuerda, siempre en aras de mantener el interés del espectador, que sabe que de una forma o de otra se resolverá el peliagudo asunto. No se puede decir que el desarrollo de la trama, tras el brillante comienzo, sea excesivamente original, que no lo es a poco que uno sea espectador habitual del cine o de los telefilmes, pero en líneas generales la película mantiene la atención siempre y cuando se admitan ciertos convencionalismos –“cine es cine”, como dice un amigo mío- y de esta forma se pasa un rato entretenido.
La Foster cumple filmando con profesionalidad. Toca por encima temas polémicos sin hacer excesiva sangre, ya que ciertas cosas se “resuelven” de forma algo simple, incluyendo aquí lo referente a las interioridades del mundo de la televisión, donde no se llega a la dureza de títulos como “Network”, de SidneyLumet, director que bien podría tomarse como referencia a la hora de filmar este tipo de producciones.
Clooney cumple sin problemas, mejor cuando hace payasadas que cuando se limita a poner cara de susto, mientras que el rol de la Roberts es posiblemente uno de los más descansados de su ya larga carrera.
Para pasar un rato entretenido, puede valer. Admítase que no es sino cine comercial de toda la vida hecho con oficio y abundante pasta y de esta forma se podrá disfrutar mejor. Si se quiere buscar algo más profundo ya es otra cosa.
FERNANDO GRACIA