Redacción.- Faltaba el dominador de la prueba esta década, Mo Farah, centrado en los Juegos, pero el bronce en los 10.000 metros de Antonio Abadía tiene un mérito extraordinario: en realidad, ganó, los kenianos nacionalizados turcos Polat Kemboi y Ali Kaya corrieron por delante una carrera distinta.
Escapados desde el inicio, sólo compitieron entre ellos y obligaron al español a una disputa cerradísima con el ucraniano Dmytro Lashyn y el británico Dewi Griffiths por subirse al podio.
La dominó con un magnífico cambio de ritmo a falta de 300 metros y refrendó así (con una marca de 28:26.07) todas las buenas previsiones que se realizan de él desde hace años.