Redacción./ Hoy, se ha presentado en Zaragoza una nueva edición del informe “Juventud en Aragón”, elaborado por CCOO Aragón. Irene Cuartero y David Gazo, representantes del Espacio Joven del sindicato han desgranado los datos más significativos del estudio, ofreciendo una radiografía de la realidad de este colectivo.
La población joven en Aragón, entre los 15 y los 29 años, la conforman 186.453 aragoneses y aragonesas, un 25,58% menos que en el año 1998. Al envejecimiento de la población se añade un problema más, la migración. En el año 2016 la población joven aragonesa de entre 15 y 34 años que reside fuera de nuestro país asciende a 9.287 personas, un 64,72% más que hace cinco años, mientras el porcentaje de incremento de la población total de residentes en el extranjero aumentaba un 48,53%.
La tasa de idoneidad de los estudiantes aragoneses continúa descendiendo y se sitúa en niveles muy bajos, el 50,9% para los alumnos de 15 años durante el curso 2014-15 frente al 59,5% que se registraba el curso anterior. Entre las alumnas esta tasa se sitúa en el 54,2% mientras entre los alumnos es del 47,8%.
Las cifras de abandono escolar tampoco son muy alentadoras. En el año 2015 la población aragonesa de entre 18 y 24 años que no ha completado la segunda etapa de ESO y no sigue ningún estudio o formación alcanza el 19,5%, un nivel muy alto, aunque por debajo del que se registraba en el año 2000 en que suponía el 21,9%.
Como ya se ha observado otros años, la importancia de la formación se refleja de forma clara en el mercado laboral. A mayor nivel de formación alcanzado mayores son las tasas de actividad y menores las de paro.
El mercado laboral ha expulsado con mayor intensidad a la población más joven, pero aquellos que han mantenido su trabajo o conseguido empleo en el último año no se enfrentan a mejores condiciones, es más, sus salarios, ya de por sí bajos, han disminuido todavía más. Según el Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, en media una persona joven cobra en Aragón 10.698,21 € en el segundo semestre de 2015, lo que supone un 2,17% menos de lo que cobraba hace un año.
La falta de trabajo, la inestabilidad y la precariedad del empleo han hecho que el proyecto vital de independencia de los jóvenes se retrase. La tasa de emancipación para los jóvenes de 16 a 29 años se sitúa en Aragón en el 23,1% en el segundo semestre de 2015, disminuyendo un 8,51% respecto a la registrada hace un año.
Conseguir un empleo es ahora una condición necesaria, pero no suficiente para emanciparse ya que, para ello, es necesario un empleo de calidad y una política de vivienda que prime el alquiler frente a la propiedad, y ninguna de estas circunstancias se están dando en los últimos años.
Tampoco los mecanismos de protección social ofrecen cobertura adecuada a muchos jóvenes. Los que buscan empleo por primera vez, muy pocas veces tienen derecho a prestaciones de desempleo, y los jóvenes empleados con contratos temporales sólo tienen derecho a prestaciones muy limitadas debido a la brevedad del período de cotización.
En el año 2009, el porcentaje de beneficiarios jóvenes de prestación por desempleo a nivel contributivo suponía el 73,37% mientras que en el año 2015 este porcentaje desciende hasta el 52,31%.
El aumento de la pobreza y la exclusión social que ha registrado la sociedad en general ha afectado con mayor dureza al colectivo joven debido a la mayor inseguridad laboral, los bajos salarios, los contratos temporales, el aumento de las jornadas parciales…todo ello ha supuesto que la tasa de riesgo de pobreza en Aragón llegue hasta el 20,6% para el total de la población, siendo todavía mayor para los menores de 25 años (26,0%).
Combatir la precaria situación del empleo juvenil ha de ser un objetivo prioritario que debe tratarse desde varios ámbitos (educativo, laboral, social, etc.) orientado tanto a la oferta y demanda de mano de obra, como al volumen y calidad del empleo.
Desde el ámbito de la negociación colectiva se ha de abordar el fomento de la estabilidad y calidad en el empleo de los jóvenes trabajadores, para garantizar su plena emancipación e integración social. Esto sería posible mediante el establecimiento de porcentajes de plantilla fija, mecanismos que garanticen la conversión de contratos temporales y/o formativos en indefinidos y medidas para la estabilidad y contratación de personas jóvenes.
Fuente: CCOO