Ángel Pascual./ Del 28 de julio al 15 de septiembre podrá contemplarse la exposición «Cambiar de hábitos es complicado» de la fotógrafa Begoña Simón. Es la «II Exposición Solidaria Stop Cáncer», y se puede visitar en la sala de exposiciones del patio gótico, en la segunda planta de Puerta Cinegia. Los beneficios recaudados de la venta de las obras serán destinados a AMACGEMA. Está exponsorizada por IMI (Instituto de Medicina Integrativa).
– Cuéntanos cómo te iniciaste en el mundo de la fotografía.
No sé muy bien cómo empezó todo. En mi niñez y adolescencia nunca tuve videojuegos ni nada por el estilo. Mis padres siempre los miraron con recelo y odiaron profundamente. Así que mis entretenimientos favoritos fueron la radio, la música y las revistas de la National Geographic.
Y creo que ahí comenzó todo. Todavía guardo National Geographic de 1994. Esta revista despertó mi curiosidad y fue donde vi la primera fotografía que de verdad me impactó. Tanto que tuve pesadillas con ella (fue la imagen tomada por Eddie Adams en la Guerra de Vietnam, en la que el general Nguyen Ngọc Loan, ejecuta de un disparo en la cabeza y en medio de una calle de Saigón, a Nguyen Van Lem, miembro del Vietcong).
Fue entonces cuando comprendí el poder que tiene una fotografía. Después ya conocí el trabajo de Steve Mc Curry y me rendí por completo a este arte. Más tarde llegaría Annie Leibovitz, Horst, Cartier-Bresson, Avedon, Helmutt Newton, Gervasio Sánchez, Salgado…. El trabajo de estos genios se convirtió para mí en una vía de escape, se paraba el tiempo y me dedicaba por completo a devorar revistas y libros de fotografía (buenos y malos).
Tuve peleas porque desde los 14 años tenía claro que quería estudiar fotografía. Pero nunca tuve el visto bueno de mis padres. Así que como cientos de fotógrafos, me formé yo misma con todo el material que caía en mis manos.
Años después, ya viviendo en Madrid, tuve la fortuna de estudiar en una de las mejores escuelas de fotografía, con algunos de los mejores. EFTI marcó un antes y un después. Y Julio Álvarez Yagüe, influyó mucho en mí y en mi trabajo, como buen profesor y tutor.
-¿Qué te ha llevado el hacer esta exposición?
Mi amigo Txabi Beroitz. Siempre es él quien me lía. Txabi expuso también con la misma finalidad y en el mismo lugar. Su exposición «Rara avis», una serie paisajística maravillosa, fue la que abrió esta serie de exposiciones para recaudar fondos para mujeres afectadas por el cáncer de mama y genital.
Fue gracias a él que conocí este proyecto y a la gente (estupenda) que lo mueve. Me preguntó si quería formar parte de algo así, y no sé decir que no. Y tampoco quise decir no. Así que me cedió el testigo.
Cualquier granito de arena ayuda. Y éste es el mío. Todos sufrimos de cerca el cáncer. Y todos queremos solucionarlo y sobrevivirlo, si no es personalmente, es en segunda persona, como sucede en mi caso.
-Son 14 fotografías con títulos que son uno continuación de otro contando una historia. Cuéntanos algo sobre ello.
Se trata de un viaje. Comenzó hace años y todavía no ha terminado. Este viaje (interior también) comienza con fotografía y terminará con fotografía. La selección de las fotografías fue sentimental. Las elegí por el sentimiento y las sensaciones que despertaron esos lugares y esos momentos en mí. Y que me marcaron de un modo u otro. Así que interiormente seguiré creciendo por dentro, a la vez que recorro kilómetros y fotografío todo lo que me marca. Todavía queda mucho por recorrer.
-En un texto al comenzar la exposición haces una reflexión sobre el título de la exposición «Cambiar de hábitos es complicado», en el que hiciste un viaje. Cuéntanos sobre esa experiencia.
Trata de eso, del viaje interior de cada uno de nosotros que se sucede conforme tomamos decisiones para cambiar lo que no nos gusta de nosotros interiormente y que nos lleva a mejorar, a convertirnos en lo que queremos ser y a donde queremos estar. Es el viaje de la vida, desde que nacemos, mientras vamos tomando decisiones y tomando consciencia de nuestro día a día. Lo que nos lleva a equivocarnos, a aprender de nuestros errores y a cometer nuevos, a aprender de otras personas, a conocer nuevos sentimientos a vivir experiencias nuevas… es eso, el viaje de la vida.
-¿Alguna de las fotografías de la exposición es más especial para ti?
Tengo un par de favoritas.
La primera, «Para deleitarnos» , es la vista de Manhattan desde el Empire State Building. Por el motivo que me llevó a esa ciudad y por todo lo que despertó en mí. (A puntito estuve de irme a vivir a Nueva York y estudiar fotografía en el ICP – The International Center of Photography )
La segunda, «Para mirar más allá y ver» es la vista del mar Mediterráneo al atardecer. El mar me produce calma y felicidad. Es el relax, el tiempo que se detiene. Y más teniendo en cuenta el lugar dónde la hice. Hace años viví en Andalucía unos meses y el sur me conquistó.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Tengo varios. Y muy interesantes. Colaboraciones que por el momento no puedo adelantar. No quiero gafar nada. Pero creo que os van a gustar.
Los títulos de las obras de las 14 fotografías de la exposición que constituyen una historia son:
Hay lugares,
hay momentos
para mirar más allá y ver
para deleitarnos
reencontrándonos
perdiéndonos
entre la gente
llenando nuestra mochila
de sentimientos nuevos
que reescriben el presente
y aprendemos
de nuestros fracasos
para renacer
y volver más libres, más sabios.