Elena Lechon./ Hace un mes aproximadamente me llamó una ex compañera de trabajo, que sabía de mi vinculación con Zarpa, porque quería adoptar un perro, le informé de como es el proceso de adopción y le puse en contacto con las compañeras que llevan el tema, y bueno finalmente mi conocida se llevó a casa a un zarposo que llevaba en la protectora casi un año, tras ser rescatado del abandono y el maltrato.
Bueno, pues me llamo antes de ayer un poco enfadada porque no entendía al perro que acababa de llevar a casa, me contaba que está casi todo el día tumbado, que mira todo en casa con recelo, que en la calle tampoco se relaciona mucho, y si coincide con algún vecino amable que lo quiere saludar, se asusta y se quiere esconder, ¡es un desagradecido! ¡no sabe reconocer que ya está en su casa!
Vaya!!! Pues claro que no lo sabe, claro que no reconoce este nuevo lugar como su casa, y claro que no es un desagradecido.
Cuando rescatamos un animal, pensamos, erróneamente, que en el mismo instante tiene que relajarse, reconocernos como sus salvadores, estar tranquilo, nos tiene que dar besitos y comer de nuestra mano.
En fin, puede ser que algunas veces nos encontremos con un caso así, pero lo normal es que el perro o gato este temeroso, con ciertos recelos, no debemos olvidar que para él todo es nuevo, nosotros, el entorno, los ruidos, los olores…necesita su tiempo para reconocer todo esto como su nuevo hogar.
Cuando adoptamos un animal, y en concreto un perro, sin olvidar que cada animal es único y diferente, hay una serie de pautas que nos pueden ayudar a su adaptación a su nueva vida.
Es aconsejable aprovechar, para la llegada del animal a casa, días libres o de vacaciones, para que recién aterrizado en casa no tenga que pasar muchas horas solo, cuantos más días estés con él desde su llegada será más fácil su adaptación.
En general mantener las mismas rutinas les sienta muy bien a los animales, y además recién llegados a casa les ayuda mucho a sentirse seguros y les da estabilidad, salir de paseo más o menos a la misma hora, lo mismo a la hora de comer, etc.
Los paseos tienen que ser relajantes, no es buena idea empezar a correr, o ir en bicicleta el primer día que el animal está en casa, es preferible ir poco a poco, que el animal tenga tiempo suficiente para explorar su nuevo espacio, el parque para él es nuevo, nuevos amigos, nuevos olores, necesita conocer su nuevo barrio para llegar a identificarlo como su casa.
Es muy importante, le repetía a mi conocida, tener paciencia, darle tiempo al animal, hacer caso a las pautas que te han dado desde la protectora, yo entiendo que a veces estamos impacientes y deseosos de que nuestro perro nos obedezca enseguida, sea el más sociable del barrio y el más educado, todo eso lo conseguiremos pero a su debido tiempo, y teniendo claro que no es matemática, hay perros que se adaptan al instante y otros que necesitan algo más que un instante.
No debemos olvidar que en muchas ocasiones no sabemos a ciencia cierta cuál ha sido su vida anterior, sus heridas físicas se suelen curar pronto, pero las emocionales son más complicadas, y necesitan de nuestra paciencia, y sobre todo de nuestro cariño.
Desde las protectoras sólo sabemos en qué condiciones los hemos rescatados: hambrientos, famélicos, heridos, enfermos, …pero normalmente no sabemos cómo han llegado ahí ni cuánto tiempo llevan, y esto dificulta su recuperación.
Saber aceptar este período inicial de adaptación es básico para que la adopción culmine en éxito y felicidad, no seguir las pautas adecuadas o querer correr antes que andar puede suponer el fracaso y la devolución del animal, y en un 100 % de los casos cuando esto ocurre no es por culpa del animal.
Adoptando un animal salvas dos vidas, pero hay que hacerlo de manera adecuada, dando el tiempo y el espacio que el recién llegado necesita, y una vez superado este período de tiempo, tenemos un montón de años para disfrutar todos juntos de una hermosa vida en familia.
“Adopta a un invisible y haz que todo el mundo lo vea”