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¿Todo cambia?, no, hay cosas que no cambian

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¿Todo cambia?, no, hay cosas que no cambian

Mayte Vílchez.- Si hay cosas que nunca van a cambiar, merece la pena conocerlas y alinearnos con ellas para tener una vida exitosa ahora y en un futuro.

¿Cuáles son estas cosas?, pues a continuación te hablo de algunas de ellas:

El valor del tiempo: el valor del tiempo nunca va a cambiar. Siempre y todos vamos a tener 24 horas al día y siempre y todos vamos a vivir con la sensación de que pasa demasiado rápido, esto que parece una gran perogrullada, es algo que nos angustia a menudo.

Tanto en el ámbito personal como en el profesional es importante aprender a controlar y gestionar nuestro tiempo de forma eficiente. No es que no tengamos tiempo, es que lo tenemos más administrado. Existen numerosas formaciones y métodos que te pueden ayudar en la gestión de tu tiempo, te aconsejo buscar uno de calidad y llevarlo a cabo, mientras tanto, me permito en este post dejarte cinco pautas que he elaborado en base a mi experiencia, espero que puedan ayudarte:

  1. Empezar con el día planificado, para esto puedes dedicar los últimos 15 minutos de tu jornada laboral a planificar el día siguiente. También por la noche antes de dormir, plantear las cosas importantes que tienes que hacer al día siguiente tanto en el área personal como en la laboral.

 

  1. Acompasa tus actividades a tus ciclos corporales. No se puede ser eficaz todo el día. Programa lo más importante para tus horas de mayor eficacia. En mi caso, estas suelen ser las primeras horas de la mañana, desde hace unos años madrugo bastante y a medida que va pasando el día, voy notando como mi rendimiento y concentración se debilita.

 

  1. Primero lo primero. La esencia de administrar el tiempo es organizar y ejecutar según tus prioridades. Una de las cosas que debemos aprender es a decir NO, porque utilizar bien el tiempo significa invertirlo de la mejor manera posible.

 

  1. Evita los ladrones del tiempo. Puede que aún no seas consciente de hasta que punto te roban el tiempo las visitas inoportunas, las llamadas de teléfono, el whatssap, los emails, las reuniones, navegar sin rumbo en internet, la tv, las redes sociales, pon conciencia y contrólalos.

 

  1. Mantener presente a Víctor Hugo y recordar esta frase suya: «Aquel que prepara las cosas que tiene que hacer durante el día, y luego se atiene a ese plan, lleva consigo el hilo que le guiara a través del laberinto y de una vida ocupada. Pero allí donde no se traza plan alguno, donde la disposición del tiempo se deja exclusivamente en manos del azar, no tardará en reinar el caos».

 

Necesidad de formación provocado por la crisis económica que empezó a sufrir nuestro país a finales de 2008, hemos vivido un nuevo cambio de paradigma, hemos pasado de vidas laborales en las que durante treinta y cinco años permanecíamos en la misma empresa desarrollando las mismas funciones a vernos en la situación de reinventarnos profesionalmente.

Existe y existirá la necesidad de formarnos en materias diferentes, para mejorar los niveles de competitividad y la capacidad de adaptación a un mercado laboral cambiante, dentro de veinte años, vamos a seguir con la necesidad de una formación permanente para ser excelentes en nuestras profesiones, profesiones que cambiaran y en las que se nos va a requerir una formación en competencias, el desarrollo profesional pasa por el desarrollo personal.

El miedo, es una emoción básica que se refleja exteriormente en nuestra expresión corporal; sequedad de boca, fatiga, temblores incontrolables, mareos, palpitaciones, transpiración, aceleración del pulso… sin embargo también se refleja interiormente, paralizándonos, intrigándonos, sugestionándonos, limitándonos en nuestras decisiones.

En mi caso, cuando trabajo con personas que buscan un empleo o con emprendedores, puedo percibir los miedos que sienten y que les limitan, los profesionales que nos dedicamos a acompañar a las personas en su búsqueda activa de empleo o en el desarrollo de su plan de viabilidad empresarial, debemos tener la habilidad necesaria para hacer que aquellas personas que llegan a nosotros con un sueño, con un objetivo claro, mantengan la confianza y seguridad en ellos mismos y no queden paralizados por la emoción del miedo; miedo al qué dirán, a estar poco preparados, a no ser capaces, a la situación económica, social o laboral del país…

Considero de gran importancia trabajar para liberarnos de nuestros miedos, utilizar herramientas para conseguir brillar y vivir desde la excelencia.

Marian Gil, coach zaragozana, en su curso online sobre miedos y creencias que te frenan, define el miedo como: una emoción que nos permite desarrollar y buscar recursos internos para abordar las situaciones que tenemos que afrontar.

Los miedos en muchas ocasiones no forman parte de la realidad sino que son fruto de nuestros pensamientos, de nuestras experiencias… El miedo hacia el futuro, como dice la coach Marian Gil, si nos anticipamos a sucesos futuros, es más difícil de manejar porque la emoción funciona a “capricho” del pensamiento. Es importante el poder anticipar y ensayar la respuesta ante el miedo, por ejemplo el miedo a la pérdida de empleo, si nos anticipamos, es posible que desarrollemos nuestras capacidades a tiempo, para entrar en la acción de la búsqueda de uno nuevo.

El amor, la necesidad que tenemos de sentirnos queridos, de mantener una fuerte relación con la gente, tanto familiares como amigos, somos seres gregarios, establecer relaciones saludables con las personas es el motor que nos mueve cada día y todo lo que contribuya a mantenernos unidos seguirá estando de plena actualidad.

Por lo tanto, siempre vamos a elegir aquellas cosas que nos permitan tener tiempo, nos hagan crecer personalmente y profesionalmente, ayuden a conquistar nuestros miedos y nos mantengan en el amor. Y tú, ¿ qué cosas crees que no cambiaran por mucho que pasen los años?

Para terminar os dejo la parábola “Afile la sierra”que estoy segura que seguirá estando vigente con el paso de los años.

Cierto día, un señor que iba paseando en el campo se encontró frente a un leñador que afanosamente estaba cortando un tronco, y entonces le preguntó:

  • Disculpe señor, parece usted exhausto…, ¿cuánto tiempo ha estado trabajando?
  • Más de seis horas – fue la respuesta.
  • ¿No sería bueno que descansara un poco y afilara su serrucho?

El hombre responde:

  • No… no tengo tiempo, pues hay mucha leña que cortar.
  • Pero si afila su sierra cortará más rápido, y si descansa, tendrá fuerzas para cortar más.

El hombre se quedó pensativo, como dando la razón a aquel señor, pero miró para su reloj, luego para la leña, y se puso a cortar leña olvidándose del consejo que aquel hombre le había dado.

Y tú, ¿has empezado a afilar tu propia sierra?

 

Mayte Vílchez

Agente de desarrollo local, personal y profesional.

www.desarrolloconmv.com

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