Ángela Medrano. La trama, los versos y la actuación de los ocho actores me han facilitado un viaje a las profundidades de disquisiciones existenciales, de las de siempre, de ésas que tienen que ver con el libre albedrío, con la eterna discusión sobre la determinación o indeterminación del ser humano, ¿es el hombre realmente libre de decidir su destino, su futuro, nacemos predestinados?
Obra del barroco, del genio Calderón de la Barca, ambientada en el decadente siglo XVII español, plagado de oscuridades y pérdidas, la historia narra en sus más de 3.000 versos, de forma elaborada, diría yo que incluso avanzada a su época sobre todo por su bien construido simbolismo, la capacidad humana para ejercer la libertad frente al destino impuesto.
Segismundo vive preso, “encadenado y embrutecido” alejado de su condición de príncipe pero, por motivos que aquí no despejaré para que mis lectores lean e incluso vean la representación, aparece en la corte donde se muestra soberbio y cruel, razón por la cual de nuevo es recluido… Lo que vivió en la corte ¿fue ilusión? ¿lo es la vida entera?
Finalmente liberado por los súbditos que reconocen en él al legítimo heredero, vuelve para ser benevolente y alejarse de las ganas de vengarse de todo aquello que parece haber sido la causa de su difícil existencia.
El Teatro del Temple nos la sirve bajo un lenguaje estético y musical de cultura urbana en la que precisamente la música, el vestuario, la ambientación, mobiliario, luces y sombras en el escenario son también protagonistas de este modo de arte colectivo que pocas veces se tiene la ocasión de disfrutar y además tanto como lo he hecho yo hoy. Una adaptación que respeta la esencia de esta joya literaria, una manera amable de acercar el teatro clásico a los más jóvenes que lo tienen entre sus lecturas obligadas, haciendo del clásico precisamente una propuesta actual.
Grandes actores y profesionales haciendo realidad un sueño o construyendo sueños para soportar la realidad.
Bajo la dirección de Carlos Martín y con un amplio equipo de producción detrás con María López al frente, los personajes y los actores; Segismundo (José Luis Esteban), Basilio (Yusuf Bazaan), Clotaldo (Félix Martín), Rosaura (Minerva Arbus), Astolfo (Francisco Fraguas), Estrella (Encarni Corrales), Clarín (Alfonso Palomares) y la música de Gonzalo Alonso, estarán en el Teatro Principal desde el 10 al 13 de noviembre en un trabajo de un esfuerzo titánico que bien merece un rato de nuestro valioso tiempo y un gramo de oro para recompensar que sean capaces de poner en valor el teatro clásico y que además nos guste…nos divierta y nos haga pensar y reflexionar.