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‘Incendios’

Un momento de 'Incendios'. / Foto: www.teatroabadia.com
Nuria Espert en u momento de ‘Incendios’. / Foto: www.teatroabadia.com

Francisco Javier Aguirre. Durante dos días 24 y 25 de noviembre, se ha representado en el Teatro Principal, bajo la dirección de Mario Gas, la pieza del libanés, nacionalizado canadiense, Wajdi Mouawad, ‘Incendios’.

Un elenco encabezado por la genial Nuria Espert y secundado por actores de primer nivel como Ramón Barea, Alex García, Carlota Olcina, Alberto Iglesias, Laia Marull, Edu Soto y Lucía Barrado han trasladado a un luminoso castellano (mérito del traductor Eladio de Pablo), una obra que ya había sido representada en francés, hace ocho años, bajo la dirección del propio Mouawad en el Teatro Español, de Madrid, y que el cineasta canadiense Denis Villeneuve llevó a la gran pantalla en 2010.

Quienes conocíamos el argumento a través de la película (que debiera haber recibido el Oscar a la mejor producción extranjera de aquel año), nos quedamos sorprendidos por la extraordinaria puesta en escena conseguida en esta producción de las compañías Teatro de la Abadía y Teatro Invernadero. El mensaje fundamental de la obra, al margen de su dramático argumento, es la necesidad de saber mirar adelante con perdón y misericordia, anteponiendo el amor al odio.

La escenografía, el vestuario, el ritmo, la iluminación, el espacio sonoro, los recursos videográficos, el ya comentado lenguaje, las interpretaciones (de la primera a la última)… consiguen que la atención se mantenga desde el inicio y la tensión vaya en aumento a medida que avanza la trama.

Un comentario de Nuria Espert sobre la obra puede resumir perfectamente su contenido, sobre todo en los aspectos poéticos, políticos y filosóficos: “No es que sea difícil de comprender, es un texto dinámico, pero clarísimo. Las escenas se suceden sin interrupción, un cambio de luz puede significar que han pasado veinte años. Es excitante, es atrevido, es poético, es bellísimo: dentro de la mayor dureza, la poesía reclama su espacio. Y el autor es un gran pensador que ha tenido la sabiduría extraordinaria de convertir sus pensamientos –que podrían convertirse solo en filosofía– en teatro para disfrutar, sentir, pensar, reír, asombrarse y también para reconocerse”.

No podría resumirse mejor la excelencia de la obra.

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