Redacción. Las excavaciones en Villarroya, dirigidas por arqueólogo Francisco Javier Gutiérrez González, se iniciaron a finales del pasado 2016 y ya están dando los primeros resultados.
En un principio se centraron en limpiar, datar y clasificar el muro de sillares de piedra de la subida a la ermita. En un principio se pensaba que podía ser muralla celtíbera y, tras las excavaciones realizadas, ha resultado ser un muro de contención del terreno del camino de acceso a la ermita, de época moderna, que reutilizan grandes sillares de una posible muralla celtibérica arruinada por la erosión de más de 2000 años.
Además, en las excavaciones se ha encontrado una posible canalización para la evacuación de aguas del entorno de la ermita, cegada posiblemente en los siglos XVII y XVIII que permite pensar en la existencia de un poblado en la parte superior de la ermita. También se ha encontrado un acceso de escaleras de subida hacia la ermita, donde se reutilizaron los mismos sillares de la muralla celtibérica, y que fueron enrunados en el siglo XX.
Sin embargo, ya en este 2017, las excavaciones han continuado, en esta ocasión, en las cuevas existentes en la parte superior de la ermita, y en concreto en el acceso de una de ellas se ha podido encontrar el suelo de una vivienda del siglo XV-XVI con un hogar y un guarda-brasas en la esquina.
Los trabajos, una vez finalice la limpieza del entorno de la cueva y su interior, se centrarán en la parte superior del Castillo, en la zona del mirador donde se van a realizar catas para intentar encontrar vestigios de los primeros pobladores de Villarroya, los celtíberos.
El consistorio está financiando estas excavaciones arqueológicas con los fondos procedentes del plan de la Agenda 21 de la Diputación Provincial de Zaragoza y del PLUS 2017 (Plan Unificado de Subvenciones).