Ángela Medrano. Xavier Aldekoa se viene a la ciudad del Ebro para acercarnos a la belleza salvaje de los países que comparten el curso del río Nilo. Sus luces y sus sombras.
Cuarta edición de «Hijos del Nilo«, un libro que he disfrutado de manera especial porque me ha permitido aprender mucho, entender un poco más y por supuesto me ha entretenido este relato de un viaje por un río icónico. El mayor de los ríos africanos es el corazón de cientos de pueblos y testigo infatigable del ascenso y el ocaso de las dinastías de faraones más poderosas de la Tierra. Su nombre evoca secretos ocultos en pirámides y alimenta el orgullo de civilizaciones milenarias que aún hoy luchan por su supervivencia.
Aldekoa, este apasionado de África, de sus gentes, de sus paisajes y sus valores, nos propone un viaje por los países a través de los cuales transcurre el Nilo que de tantas películas y tantas historias ha sido testigo. Una forma muy amena y agradable de aprender y desaprender historia contemporánea a través de pequeñas historias, un mapa periodístico para aventurarse en el territorio africano, perderse en sus culturas y entender de sus conflictos. Te lo lees del tirón!!!
– Enamorado de África, ¿qué razón hay para que Xavier se haya dejado seducir por el continente africano?
– África me apasiona y la pasión es poco racional. Para mi, África es el sitio dónde quiero trabajar, forma parte de mi vida. No solo existen motivos para apasionarse en África pero yo los he encontrado en ese continente, que exige muchas cosas, es muy humano, humanidad para lo mejor y lo peor. Esa manera transparente de mostrar es lo que me atrae mucho. La gran intensidad que puedes encontrar en él, es todo intensidad. La he visto en zonas de conflicto, con situación volátil, también forma parte de la vida en sociedad, es uno de los territorios dónde la familia, la vida en común es muy importante, es un pilar fundamental. Y eso hace que estés mas dispuesto y hayas aprendido a mostrarte más.
– Xavier, nos dejas graves reflexiones… Escribir es consecuencia de entender… es también arrepentirse de no haber leído más y mejor…
– Yo trabajo con emociones. Como periodista tienes que estar preparado para explicar bien las cosas, que lleguen. Trabajamos con palabras…y necesitas del estímulo pero sobre todo cuando llegas a sitios desconectados, necesitas de la generosidad de los demás, necesitas escuchar porque son ellos los que traducen aquello que es ajeno y lejano para que comprendas la realidad y así una vez que lo has conocido y comprendido estás en condiciones de escribirlo. Escribir solo con lo que ven tus ojos me parece, es una traición.
– Nos propones un viaje por el Nilo en el cual tu encuentro con diferentes personajes y con sus historias, a partir de lo cual tejes una novela periodística, si te tuvieras que quedar con una parte de ese viaje, ¿cuál sería?
– Me cuesta. Es un río muy diferente y diverso. No tienen que ver nada países como Uganda, Sudán, Etiopía…Egipto. Quizás me quedaría con Sudán del Sur, porque he estado mucho, cinco veces en los últimos años. Es un país que lo siento como propio. Fue un momento alegre cuando recuperaron su independencia, llenos de ilusión que se ha visto truncada por la guerra y es a la vez un país de belleza natural impresionante. Es espectacular. Las guerras no son guerras todo el rato… en los ratos de pausa, las mujeres están a lo suyo… la vida sigue su curso…
– Hay en África unos valores que subyacen y que creo que son lo que en realidad te mantiene cautivado: solidaridad, orgullo de pertenencia, la paciencia… ¿Tenemos mucho que aprender de África?
– Yo creo que sí. Es de la parte que la que más contento estoy. La posibilidad de aprender y creo ciertamente que se rigen aún por valores y no por intereses en general. Y es importante que lo sepamos, es importante valorarlo y tener esa visión. En esa intensa vida social probablemente tiene mucho que ver todo ese valor que le dan a los ancestros, a saludar, a colaborar…viven más pendientes de los demás. La empatía se trabaja, no es solo una actitud, implica que cada día quieras ponerte en el lugar de la otra persona, si lo prácticas, acabas generando empatía.
– Muchos personajes, me quedo con la mujer y los niños; ¿qué son para África: motores, futuro, víctimas…?
– Creo que las tres. Tengo una visión muy positiva de la mujer africana. Es el centro de las familias, es el motor de las economías domésticas, cuida de los hijos, del futuro. De la mano de la mujer y la educación África será más libre.
– ¿Europa sigue siendo el principal problema de Europa?
– Es imposible entender las cicatrices de África pasando por alto el momento de la colonización o de la esclavitud. Siempre que ha habido alguien que defendía los valores o evitar expolios, han sido eliminados… Nelson Mandela estuvo 27 años en la cárcel. Ese sistema crónico corrupto hace que sea difícil de solucionar la problemática general del continente. No solo por ese pasado sino porque “la principal arma del abusador esta en el abusado” en esa sensación de inferioridad, es por tanto también un problema mental, herencia de pasado, hay una élite gobernante que sustituyó a otros abusadores y falta de educación lo cual no permite la libertad, están acostumbrados a que los demás construyan su futuro…ven las cosas de forma relativa y no competitiva…
– Y la esperanza, una reflexión o pronóstico en positivo.
– Ya no es un pronóstico es una constatación que hay países que están mucho mejor que antes. Por ejemplo Sudáfrica o Gambia que ha sacado un dictador a través de las urnas y sin derramar sangre. Otros países nos obligan a no ser optimistas..solo se puede empezar a construir a partir de la Paz.