Ángela Medrano. Un relato ágil y sutil que consigue captar la atención del lector, generar suspense y sobre todo, poner luz e interpelar sobre esta lacra social real y oculta. La autora ha investigado durante varios años el maltrato infantil, especialmente el abuso sexual, en un trabajo previo a la constitución de una fundación para la detección y prevención del delito. Escribe esta novela basándose en su riguroso estudio de investigación cuyas conclusiones están recogidas en parte en el epílogo.
Charlo con ella sobre el problema que recoge en su novela.
¿Es más frecuente de lo que pensamos María?
“Se piensa que incluso más, las estadísticas hablan del 20 por ciento pero como son muchos los casos que se ocultan y no transcienden, la realidad arroja una cifra bastante más elevada”.
Podría parecer que estamos ante una novela muy dura…»No es una novela dura, porque si escribes una novela dura sobre un tema duro, es difícilmente consumible. Por eso decidí cargar las tintas en el lado humano, explorando las diferentes emociones de aquellos que protagonizan este tipo de casos, como viven el mismo problema los diferentes implicados…»
Sin duda tratar este asunto desde un género como la novela, lo suaviza en parte, yo diría que facilitar que todos esos datos e información nos lleguen de manera mucho más ágil y comprensible, con un sesgo mucho más cálido para al final concluir que todos tenemos que trabajar para visualizar el problema porque en la medida que se sabe y se reconoce, se puede empezar a resolver.
Este es el gran mensaje positivo del libro: Esperanza y positivismo, actitud positiva ante un problema que tiene solución y dicha solución pasa por «la denuncia, porque aquellos que se enteren de un caso así, aquellos que escuchan a la víctima la crean, porque ahora o no te creen o el problema creen que no es tan grande o directamente le viene grande afrontarlo.”
No solo ocurre en ámbitos y entornos desestructurados. Afecta mucho más a niñas que a niños. Y lo que realmente debe alarmar y asustar es que cuando se acaban los abusos no se acaba el problema ya que el niño se está formando cuando se convierte en víctima y lo hace en un escenario aberrante, sin valores, sin referentes sanos…No hay un perfil único ni de víctimas ni de verdugos sin bien hay factores de riesgo que hablan de familias con problemas económicos, de violencia de género, dónde precisamente la violencia esta normalizada de forma aberrante. Pero también se dan en entornos normalizados donde no cabría esperar que existiesen por razones sociales, culturales…es necesario realizar un abordaje secundario dando atención de formación e información a todos pero en especial a los casos de más riesgo dónde la violencia está tristemente aceptada.
Hay un proceso de investigación importante, de documentación. ¿Te resultó difícil novelar sobre una cuestión grave? ¿cómo ha sido para ti el reto literario?. “ Estuve mucho tiempo pensando en cómo poderlo abordar el tema tanto por su dureza como por el rechazo que ocasiona, nadie quiere tratar este tipo de temas. Por todo ello le día un tono cercano, estilo episódico, fílmico, rápido, ameno, con suspense…con cruce de historias, casualidades y casualidades…
En realidad es un repaso a todo el proceso del abuso, como se da, dónde se origina, como se alinean unos y otros en torno a ese problema, como se supera…»
¿Dónde está la raiz del problema, la causa común? “Es el abusador que en estos casos tienden a ocultar, buscando subterfugios para explicar las conductas raras en los pequeños. Los seres humanos somos tan paradójicos que defendemos a la ballena del ártico y no como capaces de levantar la voz por niños indefensos y que hablan, se quejan una vez pero si no se les hace caso…se quedan en silencio…el suicidio infantil solo existe en niños que sufren abuso.”
¿A quién o para quién la escribiste?
«Me gustaría ayudar a que se sepa, a que se hable de ello. La escribí pensando en esa parte de la sociedad que puede hacer mucho más para neutralizar,..escribiendo para sensibilizar pero estoy recibiendo comentarios de gente que lo ha vivido y que una vez leído se siente identificada y ven en mi novela un reconocimiento a su lucha y les dota de herramientas para seguir superándolo, perdonando sin esperar arrepentimientos” También para profesores y profesionales de la medicina. Hay en la novela datos objetivos que no manejan los profesores o los profesionales de la medicina para detectar y neutralizar estos casos desde su posición”.
¿Tiene María un Personaje favorito? «Ángela es el personaje conductor de la novela ( le puso ese nombre por su abuela), Eva ha cobrado mucha fuerza conforme la novela evolucionaba y Blanca es fruto del estudio, lo que hay que contar…
Danos más argumentos para leer tu novela…»Se lee de un tirón, además del estilo y la presentación cómoda, está diseñada para que se lea, hay un gran esfuerzo de la editorial porque ha entendido que debe ser de máxima difusión, entretenida, con un mensaje de esperanza necesario para que ese 37 por cierto de niños tengan la salida digna y feliz a la que tienen derecho.»