Todo por la literatura

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Escena de 'El autor'.
Escena de ‘El autor’.

Fernando Gracia. La carrera como director de Manuel Martín Cuenca es poco abundante en cantidad, aunque bien puede decirse que ninguno de sus trabajos como director ha dejado indiferente a los aficionados. Evidentemente no al llamado gran público, para quien es seguramente un ilustre desconocido más.

Gustó su seca y cortante adaptación de la novela de Lorenzo Silva “La flaqueza del bolchevique”, no dejó indiferente aunque tuviera escasa distribución con “Malas temporadas” y “La mitad de Oscar” e impactó bastante con su último trabajo, “Caníbal”.

Ahora nos presenta “El autor”, adaptación de un relato breve de Javier Cercas, “El móvil”, texto realmente complicado en el que el escritor extremeño incide en su estilo habitual de contar una historia dentro de otra.

Una historia muy literaria, ya que se trata de la obsesión de un hombre casado con una autora de reciente éxito comercial, a la que desprecia artísticamente por “no hacer literatura”, mientras que él anda empeñado en conseguir dar a la luz una gran novela.

El guión nos lleva por unos ingeniosos vericuetos, a veces un tanto forzados, en los que seguimos las andanzas del protagonista, que lleva hasta el extremo las lecciones que un profesor de técnicas narrativas le imparte.

Uno de los aciertos del filme es a mi modo de ver que no resulta fácil etiquetarlo. Yo diría que si acaso se puede considerar una comedia negra, aunque desde luego no esperen risa ni sonrisa alguna. Y que además vuelve el director a desmarcarse de cualquier tendencia habitual de nuestro cine patrio. Que no es mal logro, precisamente.

La acción se sitúa en una Sevilla nada convencional. Unas localizaciones sin apenas movimiento pero claramente reconocibles. Además, como un detalle naturalista, hace hablar a la mayoría de sus personajes con claro acento andaluz. Curiosos detalles de naturalidad cuando estamos ante una película claramente literaria.

Javier Gutiérrez copa casi todos los planos de la película en una soberbia actuación en la que se deja la piel. Papel arriesgado el suyo con algún que otro plano atrevido, que confirma el nivel de este actor tan premiado. Repite con el director Antonio de la Torre, su protagonista en “Caníbal” y se luce Adelfa Calvo, una actriz madura muy popular en la tele autonómica andaluza, en un papel que podría darle alguna nominación en los futuros premios Goya.

Sin ser una película excepcional sí que gustará a los aficionados al cine poco trillado y a los proyectos que asumen algún riesgo. Creo que esta película es más clara y sencilla de comprender que otras suyas y que afirma al director como un pequeño “rara avis” en nuestra industria.

Eso sí, los que solo gustan de cine español a la manera de las series cómicas de la tele y similares, mejor que se abstengan.

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