Madre coraje

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Escena de 'Tres anuncios en las afueras'.
Escena de ‘Tres anuncios en las afueras’.

Fernando Gracia. Hace una década Martin Mac Donagh sorprendió a la afición con “Escondidos en Brujas”, trepidante película de acción salpicada de humor y magníficamente filmada en escenarios urbanos.

Premiada en Venecia, San Sebastián –fue la preferida del público-, Toronto y recientemente en los Globos de Oro, nos llega “Tres anuncios a las afueras”, en la que el director firma también el guion, faceta por la que está recibiendo los mayores elogios.

Y con razón, porque bien puede considerarse este aspecto de la película lo más brillante de ella, lo que no quiere decir que no haya otros elementos a considerar.

A mi modo de ver su mayor virtud es lo imprevisto de las peripecias que se nos cuentan. Al espectador se le va llevando de un lado para otro de la historia huyendo de los lugares comunes y buscando la imprevisibilidad de lo que allí se nos narra.

En principio parece que vamos a asistir a un clásico caso de esclarecimiento de un crimen. En esta ocasión de uno ocurrido varios meses antes, cuya investigación está parada al ser considerado como irresoluble. La tenacidad y testarudez de la madre de la asesinada serán el motor de la trama, que una vez planteada se mueve por terrenos que bien pudiéramos definir como no habituales en el género.Todo eso suponiendo que la película pudiera considerarse como de género, que ni lo es ni deja de serlo. Siguiendo caminos transitados por los hermanos Coen, así como por la serie “True detective” e incluso por “Fargo” –las tres series, no la película-, el habilísimo guion va del thriller al drama, con toques de comedia, de forma muy medida y siempre concitando la atención del espectador.

Huye con habilidad de la presentación de héroe alguno, incluyendo la protagonista, más cerca del antihéroe que otra cosa. Los personajes son contradictorios y evolucionan y cambian en el transcurso de la trama, sin buscar la empatía del espectador, que aunque a veces no comparta sus actos los puede perfectamente comprender.

Con habilidad, Mac Donagh nos habla de la América profunda, del racismo latente, de la violencia, de la desidia y de la venganza. Todo ello en un relato que sorprenderá a más de un espectador, que seguramente esperará otra cosa incluso tras el arranque del relato.

Cual si fuera un guiño al cine de los citados Coen, interpreta a esa madre terca, taciturna, mal hablada, llena de defectos pero por encima de todo una madre, la oscarizada Frances Mac Dormand, esposa de uno de los hermanos y por tanto cuñada del otro. Su labor está siendo muy reconocida y con razón, ya que compone un personaje rico en matices.

Le acompaña Sam Rockwell, como policía racista y violento, ignorante y abiertamente gilipollas, y perdonen la expresión. Papel que ya le habían endosado al actor en otras ocasiones. Y también lo hace el prolífico Woody Harrelson, que despacha con oficio el que para mí es el personaje fundamental de la trama.

Sin duda, uno de los títulos más interesantes de la temporada. Cine con aroma y sabor, muy bien escrito, interpretado y filmado. Si algún pero se le puede poner vendría de algún detalle del guion algo discutible, como lo que concierne a la entrada en escena del nuevo jefe de policía. Pero no quiero dar más detalles –lejos de mí los ahora llamados spoilers-…

 

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