Un dios salvaje

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Francisco Javier Aguirre. A los diez años de su estreno, la obra de la dramaturga francesa Yasmina Reza ‘Un dios salvaje’ se ha presentado en el Teatro Principal durante el pasado fin semana en un nuevo formato: microteatro en escenario.

Aunque relativamente reciente, esta historia de dos parejas enfrentadas por una pelea entre sus hijos se ha convertido ya en un clásico del teatro moderno. La situación se plantea cuando dos matrimonios, adultos y civilizados al parecer, se citan para resolver un incidente protagonizado por sus hijos: uno de ellos le partió dos dientes al otro en una pelea. Los padres de la víctima han invitado a su casa a los padres del agresor para aclarar el conflicto. Lo que comienza siendo una charla con bromas y frases de circunstancia, adquiere un tinte más violento a medida que los padres van revelando su verdadera personalidad y sus contradicciones.

La autora describe un episodio doméstico de la sociedad contemporánea y disecciona con ironía y sentido del humor la realidad cotidiana. La pareja, la educación, la competitividad, el culto a las apariencias y el exceso de corrección política son pasados por el tamiz de un diálogo que va creciendo y oscureciéndose a medida que avanza la acción. La obra muestra una vez más el universo caótico y paródico de Yasmina Reza, el mismo que se presenta en ‘Arte’, una pieza que pasó también por el escenario del Teatro Principal hace unos meses.

El interés del texto hizo que ‘Un dios salvaje’ 2009 alcanzara en 2009 las salas de Broadway, y que dos años después fuera llevada a la pantalla por Roman Polanski con gran éxito, contando la película con un reparto de primer orden: Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster y John C. Reilly.

En esta ocasión, en el Teatro Principal se han realizado seis pases de 80 espectadores por función, para ofrecer una nueva perspectiva de la obra, dentro de la filosofía del microteatro que las compañías zaragozanas Los Mancusos, Teatro Pezkao, Profesor Vicente y Seis de Trébol iniciaron en 2015. Esta singular iniciativa apuesta por llevar piezas adecuadas, por su dimensión y personajes, a domicilios particulares. El objetivo es crear una experiencia hiperrealista donde el público viva desde una nueva perspectiva el fenómeno teatral.

Pilar Aguilera, Javier Guzmán, Irene Alquézar y Fran Martínez interpretan a las dos parejas protagonistas, instaladas en un espacio central, que en este caso es el escenario del propio Teatro, en torno al cual los espectadores pueden observar al detalle el proceso interpretativo. La fuerza aparente y las debilidades efectivas de los personajes son puestas de manifiesto por los actores con mucha eficacia.

Esta fórmula de un reducido grupo del público en el escenario, en máxima proximidad con los actores, ya se realizó hace algún tiempo en el Teatro del Mercado, con resultados satisfactorios.

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