Francisco Javier Aguirre. ‘El viaje de Charlie’, una pieza escrita por Susana Martínez Murillo, interpretada por Joaquín García, Alejandro García, Silvia García, Ana Pérez de Saracho y Jacobo Castanera, y dirigida por Blanca Resano, ha sido un tremendo éxito durante el pasado fin de semana en el Teatro del Mercado.
La obra tiene todos los ingredientes para satisfacer las expectativas de un público amante de los espectáculos escénicos de amplio vuelo. Hay drama, porque se está muriendo un famoso payaso, hay crítica social, porque se representa, o más bien se parodia, uno de los habituales concursos televisivos en los que a veces predomina la idiotez, hay amor, porque se suceden las escenas donde dos personajes inician un idilio, hay humor, ya que en casi todas las escenas, salvo en las hospitalarias, se apunta a la trascendencia, a la rememoración de una vida entregada al difícil oficio de hacer disfrutar a los demás en las pistas de un circo, hay magia, en los juegos malabares que Mauricio, el hijo secreto de Charlie, que ofrece de forma espontánea a la menor oportunidad.
Todo este conglomerado de alicientes está perfectamente ensamblado, se desarrolla de manera ágil, da opción al lucimiento personal y colectivo, y configura un conjunto escénico de primera magnitud, dentro de la sencillez del planteamiento y de la escenografía.
Las actuaciones son sobresalientes y reciben aplausos individuales, muy pronunciados en el caso de Silvia García que desempeña un doble papel, como limpiadora del hospital y como contertulia paródica de una estrella de la televisión, histriónica y provocadora de frecuentes alteraciones convivenciales.
El resto de los intérpretes está a su altura. El texto de Susana Martínez resalta, a veces en penumbra, la entrañable figura del payaso, a quien dota de una dignidad que supera su larga y exitosa trayectoria.
El propósito de tender puentes entre generaciones, de abrir caminos al futuro, de profundizar en las relaciones humanas y de entretener a los espectadores con palabras, gestos y gags humorísticos está plenamente conseguido.