Francisco Javier Aguirre. La conocida pieza teatral de Shakespeare, ‘La Tempestad’, que contiene ingredientes políticos, cómicos y mágicos en proporción equilibrada, fue representada por la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza los días 5 y 6 del presente de junio en el Teatro del Mercado.
Los alumnos de segundo curso, dirigidos por Blanca Resano, entrenados en voz y canto por Marisa Nolla y María Pérez Collados, con brillantes coreografías de Elia Lozano, ofrecieron así su trabajo de fin de ciclo formativo mediante una obra plagada de recursos, pero también de dificultades.
El resultado fue altamente satisfactorio. La novedad consistió en que se hizo una versión femenina del texto, con destacada presencia de actrices en escena: trece, frente a cuatro actores. La adaptación convierte en protagonistas a Próspera, duquesa de Milán, en lugar del Próspero original en el texto shakespeariano, y así sucesivamente con varios de los personajes, como Antonia, Sebastiana y Tríncula.
Hay que destacar el gran trabajo de todos los artistas, tanto individual como colectivamente. La exigencia de la comedia es grande por su desarrollo y por su dicción. El montaje combina la sencillez con la espectacularidad, escapando los actores del escenario en varias ocasiones, implicando al público y consiguiendo integrar a los 17 intérpretes en una actuación de marcada unidad dinámica y rítmica.
La directora y sus ayudantes han conseguido combinar músicas, bailes, acrobacias, voces y gestos de forma sorprendente, lo que testimonia la elevada calidad docente del Centro. Todos los intervinientes estuvieron a gran altura, con pequeñas diferencias normales en un elenco tan amplio, pero pudo observarse su gran capacidad de entendimiento, de compenetración, a partir de una puesta en escena que no dejó cabos sueltos.
Hay que reconocer una vez más el gran nivel formativo de la Escuela Municipal, que la próxima semana ofrecerá en el Teatro Principal el trabajo fin de carrera de los alumnos de tercer curso, con la obra ‘Cabezas redondas y cabezas puntiagudas’, de Bertolt Brecht. Seguro que tampoco defraudarán las expectativas estos artistas con futuro.