Fernando Gracia. Sorprendió la noticia del proyecto del director iraní Asghar Farhadi de rodar en España, y con actores españoles, una historia que además se iba a desarrollar en nuestro país. No obstante, al contar al frente del reparto con una pareja de alcance internacional como el matrimonio Bardem, parecía claro que el producto final buscaba una proyección más allá de nuestras fronteras.
De entrada, el prestigio de Farhadi, reconocido por títulos como “Nadir y Sim, una separación” o “El viajante”, ambas premiadas en los Óscar, permitió que su película española que ahora podemos ver en nuestras pantallas, «Todos lo saben», abriera nada menos que el último Festival de Cannes.
Había, pues, expectación entre la afición. La primera impresión, tras reconocer que el filme me ha entretenido en su casi totalidad, es que evidentemente la calidad es inferior a los títulos citados, lo que no quiere decir que sea un título fallido.
Viene a ser una suerte de thriller casero, que se desarrolla tras un comienzo ameno donde asistimos a los preparativos de una boda por todo lo alto en un pueblo donde el cultivo prioritario es la vid. El guion nos va presentando hábilmente a los personajes: los novios, sus progenitores, las hermanas de la novia, sus maridos, los hijos de estas, y unos cuantos personajes más.
El tono alegre hace intuir rápidamente al espectador que pronto se verá alterado por algo. Y así es. Ocurre algo que no desvelaré y se desencadena la trama. Una trama que se podría tildar de policíaca, aunque curiosamente no intervenga uniformado alguno.
Como película de intriga, con el clásico dilema de averiguar quién ha sido, funciona bastante bien. Se va despistando a los espectadores hasta llegar a un desenlace coherente rematado con un final abierto que deja preguntas en boca del espectador y que yo considero acertado.
La parte melodramática del guion funciona bien aunque sin grandes sorpresas, mientras que la parte llamémosla policíaca tiene algún que otro agujero en el guion que no comentaré, para evitar spoilers, como ahora se dice.
El reparto es de lujo. Tanto Pe como Javier Bardem están muy correctos, con secundarios de lujo alrededor como Eduard Fernández –ya me dirán si alguna vez no ha estado bien este hombre-, Elvira Mínguez, Inma Cuesta –otra vez la novia-, Barbara Lennie, y el siempre excelente Ramón Barea.
Una buena película, en suma. No un gran producto, algo tramposilla como suele ser de rigor en el género, y desde luego habilidosa.