Francisco Javier Aguirre. La Sociedad Filarmónica de Zaragoza ha iniciado una nueva temporada. Con más de un siglo de actividad, este entusiasta grupo de melómanos ha mantenido viva la llama del arte musical a lo largo del tiempo y a pesar de las dificultades de toda índole surgidas en el transcurso de su existencia.
La consolidación de la iniciativa pública en ese campo, plasmada en el Auditorio Municipal, no mermó su empuje, sino que lo estimuló, trasladando sus conciertos a la sala Mozart, y en ocasiones puntuales a la Galve.
Para los aficionados a la música de cámara, la Sociedad Filarmónica sigue siendo una referencia de primer orden. Alterna estos conciertos con la presencia de solistas destacados, siempre interesantes por cuanto ofrecen visiones y versiones originales que completan las programadas en el Ciclo de Grandes Solistas del propio Auditorio.
La presente temporada 2018-2019 se ha iniciado, el pasado 23 de octubre, con un estupendo concierto de la Orquesta de Cámara Eslovaca, y va a proseguir en esa línea a tenor de la programación anunciada.
Pero hay una efemérides de especial relevancia a la que asistiremos el próximo lunes, día 12, que es la celebración del 30 aniversario de Al Ayre Español, un conjunto de proyección internacional, creado y dirigido por el zaragozano Eduardo López Banzo, una de las figuras más acreditadas en el mundo de la dirección e interpretación de la música barroca. En la mencionada fecha, van a ofrecer unas sonatas de G. F. Handel, compositor especialmente atractivo, y una de las debilidades –mejor, fortalezas– del director del conjunto, además de varias piezas de su predecesor Henry Purcell.
Dentro de la dinámica de los intereses socioculturales de la modernidad, hay que esperar que nuevas promociones de melómanos muestren su interés por esta música inmortal y respondan a los esfuerzos que las entidades privadas, como la Sociedad Filarmónica, y las públicas, como el Auditorio o el Teatro Principal (donde continúan ofreciéndose algunos conciertos de corte clásico, como el ciclo de Lieder, y otros que organiza la Asociación Aragonesa de la Ópera ‘Miguel Fleta’) sigan concitando el interés y la atención de quienes deciden apoyarlos disfrutado de una de las vías artísticas imperecederas: la música de calidad.