Francisco Javier Aguirre. Se inició en el Teatro de las Esquinas el ciclo ‘Mujeres a escena’, segundo de la serie, tras un primer programa piloto hace tres años. La Bezana Producciones Teatrales, presentó ‘Juego de Reinas’, adaptación de un texto de Concha Romero, con Paloma Porcel y Nuria Galache como protagonistas, bajo la dirección de esta última.
En un escenario dominado por la penumbra y un ambiente armonizado por música de la época, la reina Isabel la Católica y su hija Juana, que terminó siendo apodada ‘la loca’, establecen una conversación sobre los diferentes asuntos de gobierno, por una parte, y de convivencia familiar por la otra.
La hija, Juana, recientemente llegada de Flandes, donde al parecer la vida es bastante más liberal que en Castilla, está locamente enamorada de su marido, el príncipe Felipe, que se halla en negociaciones con el rey Fernando de Aragón y que repentinamente regresa a su país. Esto desencadena una terrorífica angustia en su mujer, Juana, presa de los celos, y obliga a la reina Isabel a mostrarse dura con ella, recordándole que sus principales obligaciones son las políticas, por delante de los sentimientos.
Ahí reside el núcleo de la obra, en la contraposición de ambas perspectivas en el ánimo de una mujer, claramente llamada a la vibración amorosa. En sucesivas escenas, madre e hija llegan a enfrentamientos determinantes de un futuro que se presenta complicado para la todavía princesa. Solo el final consolador, en el que se anuncia el regreso del príncipe Felipe, apodado ‘el hermoso’, parece dejar un resquicio de serenidad sobre el porvenir de esta desgraciada mujer.
La interpretación de las actrices se enmarca en las expresiones, movimientos y maneras que retratan una época, y están bien sincronizadas. Este conflicto de trasfondo histórico –probablemente no ha existido una confrontación de tanta altura política entre dos mujeres de la realeza ejercientes–, va también en la línea de mostrar las diferencias generacionales y las consecuencias de la experiencia de gobierno. La política, en términos generales, provoca la sequedad del espíritu, y es difícil zafarse de ello.
Este ciclo especializado en la presencia femenina, prosigue en el Teatro de Las Esquinas durante los tres próximos miércoles, como ya se anunció.