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Impostores

Fernando Gracia. Alzarse en el Festival de Cannes con su preciada Palma de Oro no está al alcance de cualquiera. Así que la llegada a nuestras pantallas de la película coreana ‘Parásito’, que lo obtuvo este año, debe recibirse por los buenos aficionados –que haberlos, haylos- como uno de los momentos cumbres de la temporada.

Bong Joon-ho, de quien ya se estrenaron tres o cuatro trabajos anteriores en nuestro país, firma este magnífico trabajo que, debo reconocer, me ha atrapado casi desde el mismo principio, sin soltar en ningún momento mi atracción hasta su abierto final.

Dos familias son las protagonistas de esta narración. La una malvive en una insalubre vivienda, un semisótano en un callejón visitado por borrachos, pendencieros y aficionados a aliviarse en público. La otra disfruta de un casoplón de diseño en una zona residencial. Por mor de un ingenioso guion, ambas familias acabarán interrelacionándose. Y no quiero contar más, es preferible acercarse a la película lo más virgen posible y dejarse maravillar por la habilidad del director para transitar por diferentes géneros con la mayor naturalidad posible.

De forma sutil lleva la narración desde la comedia al terror sin forzar nunca el ritmo narrativo, captando nuestra atención cual si fuera un thriller y haciendo que como espectadores deseemos saber cómo va a resolverse la trama argumental.

Película tremendamente entretenida, aborda con aparente ligereza multitud de temas. El título está muy bien pensado y nos remite a varias lecturas. En el comienzo sabemos que por el barrio de los pobres hay una epidemia de parásitos. Luego la trama nos llevará a ver a otros parásitos de dos patas y a plantearnos qué grupo de los dos es más parásito que el otro. En suma, brillante ironía la planteada.

Como es habitual en el cine coreano que nos llega –no demasiado, la verdad- la puesta en escena, su fotografía y su color son excelentes. Así como sus intérpretes, mucho más expresivos para nuestro gusto que los japoneses o los chinos, por compararlos con los de otras cinematografías asiáticas de las cuales nos llegan películas de vez en cuando.

Sin duda, estamos ante uno de los títulos de la temporada. Como tampoco dudo que estará entre las finalistas para el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Una buena jornada para los que esperan ver de vez en cuando algo que se sale de lo corriente. Y que puede gustar a cualquiera que no tenga prejuicios ante el cine de esas latitudes, porque, insisto, es muy, muy entretenida.

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