Cuando un contratista necesita un andamio para realizar un trabajo, ¿Qué le sale más barato, comprarlo o alquilarlo? Todo dependerá del uso que se le vaya a dar, obviamente. Si es habitual y constante, a largo plazo la compra se amortiza. Pero si es ocasional, lo mejor es alquilarlo; aunque tal uso se repita con alguna periodicidad, el desembolso no es tan grande como el de adquisición y el gasto se amortiza con el cobro del trabajo.
Por qué alquilar un andamio es más barato que comprarlo es algo que numerosos contratistas y trabajadores de diferentes sectores se plantean. Lo primero que hay que pensar es: “¿para qué lo necesito?” Cuando se hace un trabajo en altura, en una fachada o en techos y paredes interiores de un edificio, por ejemplo, una simple escalera, por buena que sea, puede no ser suficiente.
Utilizar un andamio en estos casos abarata los trabajos, pues no sólo es más seguro utilizar una plataforma fija y estable, sino que tales trabajos de arreglos y reformas se efectúan más rápido y más cómodamente, por lo que las tareas se terminan antes y se rentabiliza el tiempo empleado. Una vez acabada una reforma o construcción, se puede pasar a la siguiente más rápidamente, y eso se traduce en más trabajos y más cobros de reformas en un plazo más corto de tiempo empleado.
Se gana en seguridad, algo que resulta esencial para la buena marcha de cualquier empresa, no sólo por los perjuicios económicos y humanos que implican cualquier accidente (bajas laborales, etc…), sino también porque la seguridad en el trabajo, que es la primera fuente de riqueza de cualquier empresa.
“¿Cuándo alquilar un andamio?»
El momento de alquilar un andamio se presenta cuando hay que trabajar en altura y es necesario disponer de una plataforma firme sobre la cual realizar las tareas, de reparación, pintura, albañilería, decoración, electricidad o reformas en general.
En esta plataforma firme que es el andamio, el trabajador podrá caminar y disponer de un espacio suficientemente amplio como para poder mantener a su alcance sus herramientas, maquinaria y los suministros. Todo esto es literalmente imposible con una escalera, que por otra parte obligaría al trabajador a perder mucho tiempo y cansarse, al tener que subir y bajar los peldaños de continuo y durante horas, además de correr un mayor riesgo de sufrir un accidente.
“¿Qué andamio alquilar?”
Otra ventaja importante es que, con el dinero justo para poder utilizarlo, el andamio puede ser distinto cada vez que lo necesitemos. Y es que cada trabajo requerirá un tipo de andamio diferente. Los hay móviles, con ruedas, fijos, colgantes, de distintas alturas, homologados, plegables, de aluminio, de estructura tubular, pequeños…
Las estructuras de los andamios pueden elevarse hasta varias decenas de metros, hasta la cima de un edificio entero, o tan sólo uno o dos metros. También pueden abarcar una pared entera, una fachada entera, o tan sólo un tramo corto. Los andamios son muy versátiles. La altura y anchura del andamio es siempre regulable a las medidas necesarias para trabajar.
Ya no es cuestión de decidirse por la compra o el alquiler. Ahora toca saber qué tipo de andamio alquilar, en función del fin que tenemos destinado para él. Uno de los más comunes es el andamio móvil de aluminio. Pero cada tipo tiene sus ventajas. La regla de oro que debe de cumplir cualquier andamio que elijamos es que debe de ayudar y permitir cómodamente a los trabajadores realizar sus labores en altura.
Los andamios se pueden utilizar en trabajos de reparaciones, tareas de mantenimiento, labores de limpieza de ventanas y/o fachadas, en techos y tejados, en la instalación de iluminación o sistemas de ventilación y en instalaciones de sistemas de sonido en los eventos musicales, culturales, exposiciones de arte, espectáculos, ocio y entretenimiento en general.