Redacción. La Confederación Hidrográfica del Ebro (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) ha iniciado los trabajos de restauración de las ermitas incluidas en las medidas compensatorias y restitución en el proyecto de recrecimiento de la presa de Yesa (Zaragoza-Navarra).
Esta intervención se suma a la restauración realizada el pasado 2019 para la consolidación de los inmuebles que se encuentran en la ruta del Camino de Santiago, del núcleo de Ruesta, incluido en Urriés (Zaragoza) y busca el impulso coordinado a acciones sobre el patrimonio artístico, histórico y cultural para el desarrollo económico y social del entorno.
En concreto, están ya en marcha las intervenciones en las ermitas de San Jacobo (o Santiago Apóstol) ubicada a 1 kilómetro del núcleo de Ruesta, cuya construcción data de la segunda mitad del Siglo XI y la de San Juan de Sigüés, datada en el S.XVI, aunque se cree que su construcción pudiera iniciarse con anterioridad. El diseño de trabajos corresponde en ambos casos a Sebastián Arquitectos y mientras la primera, San Jacobo, arrancó la pasada semana y tiene un plazo de ejecución de cuatro meses, la de San Juan ha empezado esta semana, con un plazo de 1 mes. Estas dos intervenciones suponen una inversión de 140.000 euros.
Prospecciones arqueológicas
También se está desarrollando una campaña de prospecciones arqueológicas en el entorno de la ermita de San Pedro de Artieda, una acción previa a realizar trabajos de consolidación previstos. Esta campaña responde a los criterios marcados por la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón para definir los límites de una antigua necrópolis, integrada en el conjunto arqueológico «Forau de la Tuta».
Además, está prevista la intervención en las ermitas de San Juan Bautista, también en Ruesta, pendiente de informe favorable de Patrimonio y la ermita de La Virgen de las Viñas en Escó.
La definición en las intervenciones se ha realizado en todos los casos partiendo de un estudio artístico e histórico de las ermitas, con un diagnóstico claro de la situación, incluyendo una comparativa con sus estados anteriores y un planteamiento de acciones respetuosas con el bien y el entorno.
Estas intervenciones de la CHE son fruto de la coordinación con el resto de Administraciones, municipios y Gobierno de Aragón, una de las claves en todas las acciones de la gestión del agua y el patrimonio relacionado. Además, se integran en las líneas principales recogidas en el Plan Hidrológico del Ebro: la mejora de la gestión, el buen estado potencial de las masas de agua, la renovación de la visión de la dinámica fluvial con medidas ambientales, la mejora de la eficiencia y la garantía de los suministros de la cuenca y la mejora del conocimiento de la cuenca.