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¿Podemos usar combustibles fósiles y evitar el calentamiento global?

¿Podemos usar combustibles fósiles y evitar el calentamiento global?

Redacción. La sobreexplotación de unos recursos finitos y sus repercusiones medioambientales exigen alternativas que permitan un modelo económico más sostenible: que maximice la accesibilidad a la energía, imprescindible para el desarrollo, sin hipotecar la habitabilidad del planeta. En este contexto, el denostado dióxido de carbono (CO2) se constituye como un claro exponente de la economía circular.

Un territorio descarbonizado

Europa pretende ser un territorio descarbonizado para 2050. El Acuerdo Verde Europeo (European Green Deal), aprobado el pasado 10 de marzo por la Comisión Europea, recoge la necesidad de que hayan cesado las emisiones netas de gases de efecto invernadero, pero también de que el crecimiento económico debe estar disociado del uso de recursos, y que no haya personas ni lugares que se queden atrás.

Una economía sin emisiones

En este escenario, investigadores y empresas trabajan por desarrollar lo que se conoce como Tecnologías “CAUC” contra el cambio climático, y que consisten en la Captura, Almacenamiento y Usos de CO2 (CAUC). Hoy por hoy, es irreal pensar en una economía sin emisiones de dióxido de carbono, pero ese es el objetivo. “Estamos hablando de tecnologías que hoy son emergentes, pero que empiezan a tener ya un desarrollo y que están próximas a ser competitivas”, explica José Ángel Peña, catedrático de Ingeniería Química de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Zaragoza y subdirector del I3A.

La periodicidad de las reservas fósiles

Ante el reto de llegar a 2050 con una economía descarbonizada, recuerda que las reservas fósiles “no son infinitas y no se puede seguir gastando sin buscar alternativas”. Adicionalmente, la producción de gases de efecto invernadero tiene implicaciones en la salud y la economía a medio plazo, y es necesario frenar el aumento de producción de gases de efecto invernadero. En ello están centrando sus esfuerzos los investigadores junto a las empresas, “tenemos que avanzar, no puede caer en saco roto lo que ha pasado (en referencia a pandemia de covid-19) y tampoco esperar a que se acerque esa fecha, porque entonces ya será tarde. Debemos hacer un trabajo progresivo y gradual”, apunta este investigador de la Universidad de Zaragoza.

El 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Aragón corresponde a los llamados sectores difusos o no regulados como el transporte, los servicios, el sector residencial y comercial, el sector industrial no regulado o el sector agrario, según los datos de la Estrategia de Cambio Climático. En general, en España estas emisiones se han reducido desde 2005 un 25%.

La necesidad de reducir la emisión

Aun así, la necesidad de bajar la emisión a la atmósfera de grandes cantidades de gases de efecto invernadero empieza a ser acuciante. “Las tecnologías CAUC son hoy una alternativa para una economía eficiente y competitiva y para una sociedad más saludable”, subraya José Ángel Peña, quien coordina el curso que está previsto entre el 6 y el 9 de julio dentro del programa de Cursos Extraordinarios de la Universidad de Zaragoza.

Sostenibilidad e impacto climático

El objetivo es dar una visión actual del problema derivado de la emisión de CO2 a la atmósfera (principalmente proveniente de combustibles fósiles), explicar cómo afectan al cambio climático y aportar una visión actual sobre el desarrollo de las tecnologías de captura, almacenamiento y usos del CO2. En este sentido,se abordará la sostenibilidad y el impacto climático del CO2, sus métodos de captura y aprovechamiento a través de la termoquímica y la biológica, almacenamiento en antiguos yacimientos geológicos o uso en bebidas, alimentación, fármacos y cosméticos.

Tecnologías que están íntimamente ligadas a los conceptos de economía circular. En este curso participarán reconocidos investigadores españoles especialistas en este tema, que además mostrarán la posible transferencia a la industria desde su perspectiva personal.

El curso cuenta con el respaldo de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2), y la colaboración de los Departamentos de Ingeniería Mecánica, Ingeniería Química y Tecnologías del Medio Ambiente de la universidad de Zaragoza, el Instituto de Carboquímica (ICB) del CSIC y el Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), también de UNIZAR.

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