Redacción. La Diputación de Zaragoza destinó en 2019 un 0,74% de su presupuesto a la ayuda al desarrollo, cumpliendo así por segundo año consecutivo con el objetivo del 0,7% marcado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Con esta partida, que ascendió a un total de 1.131.169 euros, se llevaron a cabo a lo largo del pasado año diferentes proyectos de cooperación, de ayuda humanitaria de emergencia y de educación y sensibilización.
Según los datos del último informe de la Federación Aragonesa de Solidaridad, la Diputación de Zaragoza sigue siendo la única gran institución aragonesa que cumple con esta demanda social de alto valor simbólico. Asimismo, con el presupuesto ejecutado de la institución provincial destinado a esta causa, pudieron financiarse un total de 106 proyectos diferentes.
«El compromiso de la Diputación de Zaragoza con la cooperación al desarrollo es firme y se refleja en los datos. Hemos pasado de destinar el 0,27% del presupuesto de la institución en 2015 al 0,74% el año pasado», destaca la diputada delegada de Cooperación de la Diputación de Zaragoza, Elena García. «Además, si algo nos ha demostrado la pandemia es que los problemas trascienden las fronteras y las soluciones también deben hacerlo. La cooperación sigue siendo una herramienta necesaria para corregir las desigualdades y nos debemos a ella por nuestro compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible», añade García.
Proyectos y lugares
La distribución geográfica de los proyectos financiados en 2019 incluye 21 países, tales como Nicaragua, Territorios Palestinos, Guatemala, Chad, República Dominicana, Senegal, Campamentos de Refugiados Saharauis, Ecuador, El Salvador, Mozambique, Bolivia, República Democrática del Congo, Marruecos, India, Colombia, Mauritaina, Guinea Bissau, Togo, Perú, Honduras y Gambia.
Además de la convocatoria de subvenciones lanzada desde la Diputación de Zaragoza, el año pasado se destinaron ayudas directas para paliar los daños del ciclón Idai en Mozambique y se realizaron cooperación actividades en educación para la ciudadanía global mediante el envío de recursos educativos a centros educativos de la provincia de Zaragoza. También se colaboró con el alojamiento de estudiantes saharauis en la Residencia de Estudiantes Ramón Pignatelli y se suscribió un convenio con la Universidad de Zaragoza y la Federación Aragonesa de Solidaridad (FAS).