Alba Tirado promueve una gastronomía zaragozana apta para todo tipo de intolerancias y alergias

Es la dueña de 'La Jaula de Grillos', un bar que abrió pensando en que personas como su tía, celíaca, tuvieran un lugar donde comer rico sin preocuparse de mirar los ingredientes de cada plato.

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A.R.E. Tener una alergia o intolerancia alimentaria y salir a comer fuera puede ser una auténtica pesadilla. Gluten, azúcar, lactosa… no tolerar bien ciertos alimentos o incluso poder sufrir una fuerte reacción si se consumen suele complicar bastante disfrutar de una agradable velada en un espacio de restauración.

Pensando precisamente en estos colectivos, Alba Tirado Abril, una emprendedora zaragozana, abrió hace casi cinco años en la calle Juan Bruil su particular ‘Jaula de Grillos’. Bajo este título de película -en la que, recordemos, sonaba aquella maravillosa ‘We are family-, la joven empresaria puso en marcha su personal proyecto gastronómico, una aportación genuina al buen comer aragonés adaptada a todos los públicos.

«Me apetecía montar algo desde hace muchos años y, de paso, ayudar a personas como mi tía y mi prima, que son celíacas. Ellas, sobre todo mi tía, lo ha pasado muy mal, porque la celiaquía es una enfermedad, no una alergia o intolerancia, y si ingiere alimentos con gluten se puede contaminar y acabar en el hospital», cuenta Tirado.

Con esta visión abría sus puertas en 2016 ‘La Jaula de Grillos’, el primer establecimiento 100 % sin gluten de Aragón, donde un celíaco puede pedir algo más allá de la «típica pechuga de pollo a la plancha». «Nuestra carta está libre de gluten y tenemos de todo: tapas variadas, croquetas, bocatas, hamburguesas, pizzas… Queremos que todo el mundo coma a gusto y tranquilo, y se vaya a casa sabiendo que no ha consumido nada contaminado. ¡Con nosotros están bien cuidados!», apostilla la emprendedora zaragozana.

Asimismo, el espacio de restauración incluye en su carta delicias para personas con diferentes intolerancias y alergias, ofreciéndoles alternativas exquisitas con el sabor tradicional de la tierra.

Entre los platos más famosos están las gambas con curry, aunque las estrellas siempre son ¡las croquetas!, cuyos sabores varían de semana en semana. Como señala Alba al respecto, «nuestros clientes piden de todo, pero las croquetas suelen tener mucho éxito y la que gana por goleada es la de ternasco con queso de cabra y confitura de borrajas».

Muestra de su buen hacer, es que el bar ha sido finalista con algunas de sus creaciones en varios certámenes, como la Liga de la Tortilla, que organiza Gastro Aragón, o el Concurso de Croquetas de Zaragoza y Provincia.

Alba junto a sus compañeras Estefanía y Rosa.

La Jaula y sus grillitas, un espacio familiar y de ocio

Al margen de su oferta gastronómica, apta para todos los estómagos, La Jaula de Grillos se caracteriza por el halo entrañable y familiar que Alba Tirado Abril le ha infundado desde el primer día. «Yo soy muy de amigos y de mi familia y mi casa siempre ha sido la de todo el mundo. Cuando hemos organizado algo ha sido en mi casa: bailes, disfraces, juegos, cenas, comidas… Es como una jaula de grillos, por eso le puse ese nombre al local, porque el bar iba a ser, y es, mi casa y está abierta a todos«, asegura la hostelera.

En su periplo por el mundo de la restauración -un universo que en principio no iba a ser el suyo, puesto que Alba es administrativa y técnico de laboratorio, con amplia trayectoria en el sector inmobiliario-, al que la avocó la crisis de la construcción de 2008, la zaragozana cuenta con la inestimable ayuda de sus dos ‘grillitas’, como ella llama a sus compañeras, Estefanía y Rosa.

Con ellas, Tirado comparte su know how culinario, que guarda como oro en paño en un cuadernillo bautizado como «librillo de los secretos de La Jaula». En el documento aparece reflejada paso a paso la elaboración de todos los platos del restaurante, a fin de que, los cocine quien los cocine, el resultado siempre sea el mismo.

Representantes de un sector a medio gas por la crisis sanitaria

La actual situación de crisis sanitaria y económica también ha afectado a La Jaula de Grillos, que como todos los miembros del sector hostelero aragonés lucha por superar esta sobrevenida coyuntura.

«Estamos trabajando al 30 % y ahora mismo Estefanía está en un ERTE. Mi objetivo es que todo mejore y rescatarla», expresa Tirado, un deseo que, a buen seguro, comparte con el empresariado aragonés que se ha visto obligado a recurrir a medidas como los expedientes de regulación de empleo para no echar la persiana.

En cualquier caso, Alba es una persona luchadora, que cuando se le pregunta por el futuro reconoce que su objetivo empresarial es «sobrevivir, gracias al esfuerzo y la positividad que estamos teniendo. En La Jaula nos apoyamos todos y tenemos que tener la puerta abierta y, si hay que cerrar, volveremos a abrir cuando se pueda».

En este sentido, la emprendedora también admite que no queda más remedio que reinventarse y adaptarse a la nueva realidad, llevando a cabo iniciativas como el envío a domicilio. «Así podemos llegar a la gente que no quiere o no puede salir de casa, personas que, por ejemplo, están en cuarentena», apunta Tirado.

Fachada del bar La Jaula de Grillos.

Un deseo: la vuelta a la antigua normalidad

Por último, la zaragozana admite que su sueño es poder organizar los eventos que hacían antes, como catas de vino, conciertos, fiestas temáticas… Propuestas para divertir a sus clientes que han tenido que suprimir o matizar debido a las nuevas medidas para evitar los contagios de covid-19.

En cualquier caso, La Jaula de Grillos de Zaragoza seguirá abierta al público -siempre que la situación sanitaria lo permita- y sus tres grillitas continuarán derrochando energía y simpatía -y dando muy bien de comer- para hacer que su clientela se sienta como en casa.

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