Muchos son los remedios y tratamientos que poco a poco se van poniendo en práctica para paliar los efectos del COVID-19 en nuestro organismo. Desde el comienzo de la pandemia, los sistemas de salud de todos los países afectados se han puesto en marcha para ir introduciendo las novedades en materia de investigación médica y terapéutica; y las técnicas que provienen del campo de la fisioterapia no han sido una excepción.
Los efectos positivos de la fisioterapia frente al COVID-19
La fisioterapia puede ayudar a recuperarnos de las consecuencias directas del coronavirus o bien, si fuese necesario, de los problemas derivados de un proceso de hospitalización que ha acarreado una falta de movilidad prolongada. Los ingresos en UCI tienden a dejar secuelas tales como neuropatías, debilitamiento muscular o pérdida del movimiento autónomo que requieren de la atención de un fisioterapeuta para ser restablecidas.
Por un lado, si nos referimos a los tratamientos que puede recibir un paciente para sanar los problemas que derivan directamente de la enfermedad, debemos saber que tan pronto como el paciente ha superado la fase aguda respiratoria es posible comenzar con la reeducación respiratoria, asegurando la adecuación de los ejercicios al estado del paciente y la higiene y la protección del profesional y el paciente en todo momento.
Por otro lado, debemos tener en cuenta que tan importante resulta completar la recuperación del sistema respiratorio como la de la musculatura, de hecho, ambos procesos de recuperación se beneficiarán mutuamente.
Un ingreso en UCI con ventilación mecánica, conlleva una inevitable afectación neuromuscular incluso cuando el tiempo de ingreso es inferior a una semana. En el caso del coronavirus, estamos viendo como los ingresos se vuelven prolongados por lo que la importancia de una buena recuperación estriba en la movilización precoz iniciada apenas han transcurrido 24 o 48 horas desde la entrada en la UCI. Ya sea de manera activa, pasiva, o a través de electroestimulación, la movilidad articular en este punto de la enfermedad resulta clave para evitar secuelas mayores.
Hospitales y clínicas especializados en este tratamiento
Los fisioterapeutas ya están trabajando en los hospitales, mano a mano con los intensivistas para ayudar a los pacientes y aliviar la tensión del sistema ya que gracias a la intervención fisioterapéutica las mejoras se suceden con una mayor rapidez y se vuelve posible la liberación paulatina de las camas.
Las clínicas de fisioterapia, por su parte, continúan con esta labor una vez ha finalizado el proceso de hospitalización. Cada día son más clínicas las que se están especializando y actualizando en este tipo de servicio. Un ejemplo de ello es centro de fisioterapia en Zaragoza donde el equipo de profesionales se encuentra implicado en la recuperación completa de pacientes de COVID-19. La principal ventaja de poder seguir un tratamiento de fisioterapia en una clínica es que el proceso podrá ser totalmente personalizado y se trabajarán aquellos puntos que tanto el paciente como el profesional considere más desaventajados.
Este tipo de atención fisioterapéutica será especialmente útil para la población de avanzada edad o con patologías previas añadidas, que haya superado el COVID-19, pero que aún necesite adaptarse a la actividad diaria tras la enfermedad.
Como hemos visto, el terreno de actuación de la fisioterapia se muestra especialmente amplio en lo que a la lucha contra el coronavirus se refiere. Un buen equipamiento material y profesional garantizarán un beneficio que no solo será palpable a nivel individual, sino que también supondrá un alivio a nivel social, colaborando con la liberación de un sistema sanitario que desgraciadamente se encuentra extremadamente presionado.