Redacción. El Consejo de Gobierno ha dado luz verde al decreto de aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos, instrumento básico de gestión y planificación que en virtud del texto refundido de la Ley de Espacios Naturales del 2015 sustituye al anterior Plan de Protección existente.
La redacción del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos, efectuada desde la Dirección General de Medio Natural y Gestión Forestal, fija las normas que permiten su uso y conservación, así como las directrices de actuación tanto de la Administración como de los particulares. También incluye una programación de actividades de gestión. Una vez aprobado tiene una vigencia de 10 años.
Para llegar a esta aprobación definitiva, previamente el texto borrador del PRUG ha sido sometido a la participación de los miembros del Patronato de los Monumentos Naturales, ha superado un trámite de información pública -recibiendo alegaciones en plazo que han sido respondidas de forma individual- y cuenta con los informes favorables del Consejo de Protección de la Naturaleza, el Consejo de Ordenación del Territorio, el Comité Forestal y los Servicios Jurídicos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente.
Entre las medidas del nuevo PRUG se contemplan los usos y actividades compatibles con la conservación de los Monumentos Naturales y los usos prohibidos por ser incompatibles con la finalidad de protección del mismo.
Los únicos y últimos glaciares de toda España
En Aragón hay declarados 18 Espacios Naturales Protegidos, lugares que en las últimas décadas se han convertido en un elemento más de efectos beneficiosos en el capital social y el desarrollo socioeconómico del territorio rural, dado que sobre la población del espacio natural y la de su zona de influencia socioeconómica recaen los principales efectos de la puesta en valor de los bienes y servicios que en ellos se generan.
Los Monumentos Naturales de los Glaciares Pirenaicos se declararon Espacio Natural Protegido de Aragón por ley en el año 1990 en razón de su elevado interés científico, cultural y paisajístico y al objeto de proteger la integridad de la gea, fauna, flora, vegetación, agua y atmósfera de estos ecosistemas de la alta montaña pirenaica. En el año 2007 su superficie protegida se amplió, de forma que para cada superficie glaciar se abarcara desde las cumbres del circo hasta los complejos morrénicos depositados por el hielo glaciar durante la Pequeña Edad de Hielo, incluyendo en algunos casos el entorno más frágil -heleros, neveros o glaciares rocosos-.
Los glaciares del Pirineo aragonés son los únicos de España y de la vertiente sur de la cordillera pirenaica, constituyendo un vestigio paisajístico muy especial de épocas pasadas mucho más frías. Debido a su acelerado retroceso en extensión, volumen y distribución están gravemente amenazados de desaparición por efecto del cambio climático. En torno a las distintas masas de hielo permanentes se dispone un ecosistema único, salvaje y muy bien conservado, de plantas alpinas y especies animales relícticas como es el caso del lagópodo alpino o perdiz nival.