Redacción. La ‘Exposición Internacional sobre Milagros Eucarísticos’ diseñada por el beato Carlo Acutis llega a Zaragoza y podrá visitarse del 6 al 19 de diciembre en la Iglesia de San Juan de los Panetes (Pl. César Augusto, 3), atendida por las Misioneras Eucarísticas de Nazaret.
Las Nazarenas están celebrando un año jubilar por el centenario de su fundación y ayudadas por un grupo de personas sensibles a la Eucaristía y devotos del beato Carlo han organizado la llegada de la exposición a Zaragoza.
Esta peregrinación ha llevado esperanza y alegría a muchos rincones en todo el mundo, a muchas almas golpeadas por el dolor que en estos días vivimos; ha reavivado la fe con gozo y ha generado motivación para seguir adelante.
El horario para visitar esta muestra es de lunes a sábado de 10.00 a 13.00 h. y de 18.30 a 20.30 h. y los domingos de 12.00 a 14.00 h.
Con una amplia variedad de fotografías y descripciones históricas, la exposición presenta parte de los Milagros Eucarísticos principales que ocurrieron a lo largo de los siglos en varios países del mundo y que han sido reconocidos por la Iglesia. Por medio de los paneles es posible visitar, virtualmente, los lugares donde ocurrieron los Milagros.
La exposición ya ha visitado más de 500 parroquias en Italia y más de 10.000 en otros países y ha sido traducida en varios idiomas.
Carlo Acutis
Carlo Acutis muere con tan solo 15 años a causa de una leucemia fulminante, dejando en la memoria de todos aquellos que le conocieron un gran vacío y una profunda admiración por su testimonio de vida cristiana.
Desde que recibió la Primera Comunión a los 7 años, nunca faltó a la cita diaria con la Santa Misa. Siempre intentaba, antes o después de la celebración eucarística, detenerse delante del Sagrario para adorar al Señor. La Virgen era su gran confidente y nunca dejaba de venerarla recitando cada día el Santo Rosario..
A Carlo le encantaba y era un gran conocedor del mundo de la informática, hasta tal punto que tanto sus amigos como los adultos licenciados en ingeniería informática lo consideraban un genio.
Los conocimientos de Carlo abarcaban desde la programación de ordenadores hasta el montaje de películas, la creación de sitios web, periódicos digitales, etc. Asimismo, realizaba voluntariado con los más necesitados, los niños y los ancianos.
En definitiva, la vida de este joven fiel de la diócesis de Milán fue un misterio hasta tal punto que, antes de morir, fue capaz de ofrecer su sufrimiento al Papa y a la Iglesia.