Redacción. La nueva plaza de Salamero será peatonal, con marcado carácter vegetal y energéticamente sostenible. Bajo estas premisas ha presentado esta mañana el consejero de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano, el proyecto diseñado por el estudio Lignum para este futuro espacio urbano y que ha recogido las peticiones e inquietudes de vecinos, comerciantes y comunidad educativa del entorno y que en su día se plasmaron a través del proceso participativo #RetoSalamero.
El proyecto de urbanización supone la remodelación de la plaza con 8.156,48 m2. “El objetivo principal del proyecto diseñado es la creación de un espacio con un marcado carácter vegetal, multifuncional e intergeneracional, que se convertirá en un lugar icónico en la ciudad”, ha avanzado Serrano, quien ha destacado que el diseño de la nueva plaza se ha basado en “estrategias de movilidad, funcionamiento urbano, vegetalización, sombra, sostenibilidad e infraestructuras”.
Asimismo, como indica el proyecto, se realizó durante la ejecución del diseño un “análisis de la propuesta ciudadana, recogiendo en el mismo la mayoría de lo planteado”. Destacan como conceptos generales: una plaza verde, estancial, de ocio y un lugar de encuentro en el centro de la ciudad. Y así se ha querido trasladar a la propuesta final. De este modo, la distribución urbana parte de la creación de un espacio central abierto y dinámico, hacia la zona de la calle de Azoque, que permite que la plaza de Salamero se convierta en el centro del propio barrio y de los adyacentes.
La plaza queda unificada de manera visual desde la calle de Cinco de Marzo con el fondo de la Iglesia de Santiago el Mayor mediante actuaciones de carácter lineal que las ponga en contacto. Aquí se podrá desarrollar, entre otros, un mercadillo semanal, un cine de verano, una pista de patinaje, un tíovivo, un concierto de música, o las acciones dinamizadoras que se consideren oportunas. Mientras, en la zona que se extiende hacia la calle de la Morería, se diferencian espacios emplazando zonas estanciales, multigeneracionales con juegos y espacios de ejercicio físico.
Todo ello en un entramado entre jardines y zona verde que aportan sombra, espacios de descanso y funcionalidad energética sostenible.
Una plaza verde
Dentro de las estrategias de diseño se ha apostado por vegetalizar el área mediante la inclusión de estructuras metálicas verticales que permitan el crecimiento de vegetación trepadora. El perímetro de la plaza supone un telón verde mediante la plantación de arbolado de gran porte. Además, se crean grandes parterres con especies arbustivas, floral y de hoja perenne, que aporten variedad cromática al conjunto. Estos se complementan con árboles de bajo porte, también incluidos en los parterres. Se combina la plantación de especies perennes con caducas con el fin de crear un espacio cambiante a lo largo del año.
El objetivo era crear una plaza verde, como se solicitaba en el proceso participativo de #RetoSalamero y se consigue mediante la inclusión de una serie de parterres con superficies que oscilan entre los 55 a los 175 m2, alcanzando una superficie total de 1.447 m2. Hacia el interior de la plaza, la geometría de dichos parterres adquiere más libertad. Además, se apuesta por una plaza que asegure el confort térmico durante las cuatro estaciones. Se crean estructuras metálicas continuas que garanticen la sombra en el mayor espacio de la plaza posible, sumado al condicionante de permitir la radiación solar en invierno.
Las pérgolas aseguran dos planos de sombra diferenciados: en su coincidencia con los parterres se aprovecha la vegetación trepadora como plano de sombra, sirviéndose de la estructura metálica como soporte de crecimiento, además de un plano de sombra inclinado compuesto por listones de madera; mientras que en los tramos no coincidentes con parterres sólo se dispone un plano de sombra generado por un tamiz de listones de madera dispuestos verticalmente.
Las pérgolas no se conciben solamente como un plano de sombra, sino que son soporte al que se integran tanto la vegetación trepadora, como las canalizaciones de agua pulverizada, la iluminación lineal con LED y la señalética con el nombre de la plaza integrada en la propia estructura metálica. Asimismo, todo el proceso de la nueva plaza está enfocado en estrategias de sostenibilidad, reduciendo la radiación solar en el área mediante sombreo en verano y permitiendo la captación solar en invierno.
De este modo, se aclimata la temperatura mediante la inclusión de la vegetación, creando un colchón climático vegetal y se implantan sistemas energéticamente eficientes en la iluminación de la plaza.
Movilidad y aparcamiento subterráneo
El ámbito de la plaza pasa de ser un espacio vinculado al vehículo a un espacio dominado por el peatón, el cual tiene la posibilidad de libre movimiento, extendiendo la plaza hasta las fachadas perimetrales. Estratégicamente, se permite la circulación rodada de forma restringida en el perímetro de la plaza. Combinado con las actuaciones del proyecto de emergencia de la losa, se reorganizarán las conexiones con el aparcamiento subterráneo. En el proyecto de urbanización se procede a la supresión de la rampa de salida ubicada frente a la Iglesia de Santiago, manteniendo solo la de entrada. La rampa de salida se creará en la zona de la calle de la Morería.
En cuanto a los accesos peatonales, se integran en el proyecto dos núcleos peatonales en el interior de la plaza, ubicados a ambos lados del aparcamiento. Se integran tanto las conexiones peatonales como los huecos previstos para la ventilación del aparcamiento en dos bandas urbanas. Además, habrá un espacio soterrado junto al aparcamiento destinado a la inclusión de los Centros de Seccionamiento y Transformación eléctricos de dotación al aparcamiento.